El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el 23 de diciembre una ley que prohibirá las importaciones procedentes de la región china de Xinjiang, en la última medida para castigar a Pekín por el trato que da a la minoría musulmana uigur de China y a otros grupos.
La legislación prohíbe todas las mercancías procedentes de Xinjiang, etiquetando los productos como fabricados con trabajos forzados. El gobierno chino ha establecido una red de campos de detención para uigures y otros musulmanes en la región noroeste.
Xinjiang suministra gran parte de los materiales del mundo para los paneles solares, pero Estados Unidos y muchos grupos de derechos han alegado que Pekín está llevando a cabo un genocidio allí.
China niega los abusos en Xinjiang y ha emprendido una serie de medidas de respuesta contra Washington como reacción a las acusaciones.
China insiste en que los campamentos de la región son “centros de formación profesional” diseñados para ayudar a la población a evitar la influencia del terrorismo.
Washington también ha anunciado un boicot diplomático a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno. Varios otros países se han sumado al boicot, que no repercute en el envío de atletas al evento.