Este fin de semana habrá elecciones en dos países de la UE donde las relaciones con Rusia están en el punto de mira.
Los letones acudirán a las urnas el sábado (1 de octubre), donde una vez más puede quedar al descubierto la creciente brecha entre la mayoría letona del país y su minoría rusoparlante.
La ira generalizada por la invasión de Ucrania por parte de Moscú ha puesto la identidad nacional en el centro de las elecciones.
El gobierno de coalición de centro-derecha del primer ministro Krisjanis Karins ha propuesto imponer límites al uso de la lengua rusa en la vida pública.
El partido Nueva Unidad de Karins lidera las encuestas en este país de 1,9 millones de habitantes, de los cuales el 25,4 por ciento son de la minoría rusa.
En Bulgaria, los votantes acuden a las urnas el domingo (2 de octubre). Las elecciones anticipadas serán las cuartas en apenas 18 meses.
La inflación, la subida de los precios, la inminente crisis energética y la guerra en Ucrania dominan la campaña.
El cansancio y la desilusión de los votantes con el sistema político podrían dar lugar a una baja participación y a un parlamento fragmentado en el que los grupos populistas y prorrusos aumentarían su representación.
El partido de centro-derecha GERB del ex-primer ministro Boyko Borissov, acusado de corrupción, es el favorito para terminar en primer lugar. El primer ministro prooccidental Kiril Petkov perdió una moción de censura en junio.
Construcción de la comunidad
El jueves (6 de octubre) se celebrará en Praga una importante reunión de líderes europeos
Se trata de la primera reunión de la llamada Comunidad Política Europea (CPE), el proyecto favorito, el proyecto de vanidad -elijan- del presidente francés Emmanuel Macron, que anunció la idea de un club que incluyera a los países de la órbita más amplia de la UE en un discurso ante el Parlamento Europeo en mayo.
Entre los países presentes estarán: Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Georgia, Islandia, Kosovo, Liechtenstein, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Noruega, Serbia, Suiza, Turquía, Ucrania… y el antiguo Estado miembro de la UE, Reino Unido.
Se espera que la nueva primera ministra británica, Liz Truss, acuda a Praga, a pesar de que las cuestiones comerciales post-Brexit sobre Irlanda del Norte siguen sin resolverse con la UE, y de que Londres parece decidido a no atenerse a los acuerdos legales firmados anteriormente con el bloque.
Los líderes de los Veintisiete permanecerán el viernes en Praga para una reunión extraordinaria, a pesar de que volverán a reunirse dentro de dos semanas en Bruselas para su cumbre habitual del Consejo Europeo de octubre.
Escalada
En el Parlamento Europeo se espera que los eurodiputados pidan una respuesta contundente de los Estados miembros y de la UE ante la amenaza nuclear del presidente ruso Vladimir Putin y la anexión de más territorios ucranianos por parte de Rusia.
El jueves, los legisladores europeos votarán una resolución sobre Rusia, tras el debate del miércoles.
El miércoles, los eurodiputados aprobarán un informe en el que exponen su posición sobre las propuestas de la Comisión Europea para aliviar la presión del rápido aumento de los precios de la energía.
Además de Rusia, Irán también estará en la agenda de la UE con las protestas en todo el país contra el régimen islámico de Irán, provocadas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, a manos de la policía de la moral iraní.
El martes, los eurodiputados y el responsable de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, debatirán el asunto.
Nuevas normas
También se espera que los legisladores debatan el jueves la propuesta de la Comisión de suspender los fondos destinados a Hungría por motivos de fraude y corrupción.
Mientras tanto, los ministros de Economía se reunirán a principios de semana en Luxemburgo, y se espera que discutan el fondo de recuperación disponible para los países del bloque. También está previsto que hablen sobre los precios de la energía y su impacto en los mercados financieros.
El Parlamento también tiene previsto aprobar la nueva ley que garantiza que, a partir de finales de 2024, todos los nuevos teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales y auriculares estarán equipados con un puerto de carga USB tipo C.
El objetivo es reducir los residuos electrónicos y facilitar la vida de los consumidores.
El lunes, los eurodiputados de la comisión de transportes votarán una nueva normativa para impulsar el despliegue de estaciones de recarga y repostaje alternativo para coches, camiones, trenes y aviones.
El proyecto incluye el despliegue de estaciones de recarga cada 60 km en las principales carreteras de la UE para 2026, y de estaciones de hidrógeno cada 100 km para 2028.