Cediendo a una antigua demanda turca, el Departamento de Estado aceptó el jueves empezar a escribir el nombre del país en turco en sus documentos oficiales.
A partir de ahora, Turquía se denominará “Türkiye”, dijeron los funcionarios. Y de hecho, hacia el mediodía, el Departamento de Estado emitió su primer comunicado de prensa diciendo que “Estados Unidos y Türkiye” habían desbaratado las redes financieras del Estado Islámico que operaban en Turquía y Siria.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que la decisión de cambiar la ortografía respondía a una petición de la embajada turca en Washington.
Fue una concesión inusual. El gobierno de EE.UU. siempre ha utilizado generalmente la ortografía anglicismo de los nombres de los países en los documentos oficiales – por ejemplo, utilizando “España”, no “España” y “Alemania”, no “Deutschland”.
El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió el año pasado al mundo que se adhiriera a la ortografía en turco del nombre del país porque, según él, refleja más correctamente cómo se pronuncia el nombre del país en ese idioma.
“La frase Türkiye representa y expresa de la mejor manera la cultura, la civilización y los valores de la nación turca”, dijo Erdogan en un decreto publicado entonces. Se produce en un momento en el que Erdogan está cada vez más comprometido con políticas nacionalistas y populistas que, según los críticos, atentan contra la democracia.
Las Naciones Unidas y la OTAN, de las que Turquía es miembro, adoptaron la nueva ortografía el año pasado.
Pero Estados Unidos se tomó su tiempo. Price dijo que la Junta de Nombres Geográficos del gobierno de EE.UU. dictaminó que todavía estaba permitido el uso de la “ortografía convencional” de Turquía por parte de funcionarios y agencias cuando “en la promoción de una comprensión pública más amplia.”
En el Departamento de Estado, sin embargo, la grafía turca aparecerá en todos los documentos formales, informes, comunicados, etcétera. Es probable que los funcionarios sigan llamando al país “Turquía”.
El gobierno de Estados Unidos, y gran parte de los medios de comunicación estadounidenses, cambian la ortografía o los nombres de los países y sus ciudades en determinadas circunstancias. Tal fue el caso de numerosas ciudades ucranianas -Kiev es ahora Kyiv, Odessa es ahora Odesa, por ejemplo- cuando ese país trató de deshacerse de los vestigios de la dominación rusa.
Los militares de Birmania cambiaron el nombre de ese país por el de Myanmar. El gobierno de Estados Unidos no reconoce formalmente el cambio, aunque la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses utilizan “Myanmar” o emplean ambos nombres indistintamente.
Pero deletrear el nombre de un país en el idioma de ese país es diferente, aunque se aceptó universalmente cuando varios países africanos cambiaron sus nombres tras la época de la colonización. Suazilandia pasó a llamarse Eswatini en 2018.
Turquía es un aliado importante, aunque problemático, para EE.UU. Washington ha tenido problemas por los acuerdos de armas de Ankara con Rusia y la represión de disidentes y minorías. Pero necesita la ayuda de Turquía para persuadir al presidente ruso Vladimir Putin de que ponga fin a la guerra en Ucrania, y para permitir que Suecia y Finlandia se unan a la OTAN, luchando contra el Estado Islámico y otras cuestiones.