MINSK — Un periodista freelance encarcelado que ha trabajado para el servicio de RFE/RL en Bielorrusia, es se enfrenta a cargos penales no especificados, dijeron sus familiares a RFE/RL el 23 de diciembre.
Andrey Kuznechyk no fue liberado de la cárcel la semana pasada, a pesar de que su segunda condena consecutiva fue controvertido cargo de gamberrismo terminó.
Sus familiares dijeron a RFE/RL que fueron informados oficialmente de que el periodista será trasladado del notorio centro de detención de Akrestsina, donde muchos reclusos han dicho que fueron torturados, a otro centro de detención en Minsk, ya que se había iniciado una causa penal por cargos no especificados contra él.
Kuznechyk fue condenado inicialmente a 10 días de cárcel el 26 de noviembre tras un juicio en el que se negó a aceptar el veredicto de culpabilidad.
El 6 de diciembre, cuando terminó su condena, no fue liberado y se le impuso otra pena de 10 días de cárcel, también por un cargo de gamberrismo.
Los familiares de Kuznechyk declararon entonces a RFE/RL que el periodista sigue manteniendo su inocencia.
El presidente de RFE/RL, Jamie Fly, ha declarado que la ampliación de la condena de Kuznechyk “por cargos absurdamente fabricados” debería considerarse un delito en sí mismo.
“El secuestro de Andrey, patrocinado por el Estado, continúa, todo ello en apoyo de los esfuerzos del régimen de Lukashenka para impedir que la información independiente llegue al pueblo bielorruso. Debe permitirse que Andrey vuelva con su familia inmediatamente”, dijo Fly en una declaración el 6 de diciembre, refiriéndose al gobernante autoritario Alyaksandr Lukashenka.
El 23 de diciembre, Fly volvió a condenar las acciones del gobierno bielorruso contra los medios de comunicación libres y declaró que Kuznechyk se encontraba entre los “rehenes tomados por este régimen sin ley, no entre los criminales”. La información objetiva no es una actividad “extremista”, y el periodismo no es un delito”.
Kuznechyk salió a dar un paseo en bicicleta el 25 de noviembre y regresó acompañado de cuatro hombres vestidos de civil, según su esposa, Alesya Rak.
Los hombres, que no mostraron ninguna identificación, registraron entonces su apartamento, dijo Rak, evitando únicamente las habitaciones de sus dos hijos pequeños.
A continuación, el grupo se llevó a Kuznechyk, que no dio ningún motivo para su detención.
Las tensiones se han disparado en Bielorrusia desde que Lukashenka, en el poder desde 1994, fue declarado ganador de unas elecciones presidenciales en agosto de 2020 que los opositores y Occidente consideran amañadas.
Muchas naciones occidentales se han negado desde entonces a reconocer a Lukashenka como líder legítimo de Bielorrusia, dejándolo más dependiente que nunca de Rusia, que según los analistas está utilizando su debilitada posición para reforzar su control sobre su vecino más pequeño.
Decenas de miles de personas han sido detenidas, y los activistas de los derechos humanos dicen que más de 800 personas están ahora en la cárcel como presos políticos.
Los medios de comunicación independientes y los canales de medios sociales de la oposición también han sido objeto de ataques.