El Gobierno de Emmanuel Macron ha propuesto retrasar la edad de jubilación en Francia de los 62 a los 64 años y abolir los acuerdos de pensiones que permiten a los trabajadores del sector público jubilarse a los cincuenta años.
Ya era hora. Francia tarda en retrasar la edad de jubilación. Si espera aún más, las generaciones más jóvenes pagarán la factura.
En una concesión a los opositores, Macron no elevaría la edad de jubilación a 65 años, y la introduciría gradualmente hasta los 64 en un periodo de siete años.
Los que hayan empezado a trabajar antes de los 20 años podrán jubilarse anticipadamente. Los trabajadores discapacitados podrán jubilarse a los 55 años. Macron también aumentará las pensiones mínimas del Estado a 1.200 euros al mes.
Ha cancelado su plan de fusionar los 42 fondos de pensiones profesionales de Francia, gestionados por empresarios y sindicatos, en un único sistema basado en puntos. Sólo los planes del Banco de Francia, del sector público de la energía y de la empresa parisina de transportes públicos serían eliminados progresivamente al rechazar nuevos afiliados.
Sus edades de jubilación extremadamente bajas, que oscilan entre los 52 y los 57 años, rebajan la edad media de jubilación francesa a 60 años para los hombres y 61 años para las mujeres.
Por otra parte, las madres que interrumpieron su carrera profesional para criar a sus hijos, y que no tienen dinero ahorrado para jubilarse anticipadamente, deben trabajar hasta mediados de los 60 años para compensar los años que no cotizaron a un régimen de pensiones.
Macron corregiría esas injusticias, que se remontan a una época en la que la esperanza de vida era menor y pocas mujeres trabajaban, retrasando la edad de jubilación para todos y concediendo derechos de pensión por baja de maternidad y paternidad, además de por trabajo.
Los sindicatos siguen calificando de “brutal” el aumento a 64 años. Deberían estar de enhorabuena. Los Países Bajos han aumentado la edad de jubilación a 67 años. Cuando los franceses lleguen a los 64, en 2030, la edad de jubilación alemana será también de 67 años.
Jubilación joven, vida larga
La baja edad de jubilación francesa es especialmente difícil de justificar cuando la esperanza de vida al nacer de los franceses es de las más altas del mundo: 80 años para los hombres y 85 para las mujeres.
Dado que las pensiones son financiadas por los trabajadores en activo, la alternativa al aumento de la edad de jubilación es el aumento de las cotizaciones a las pensiones. Actualmente, los trabajadores pagan el 7% de su salario al fondo de pensiones estatal y entre el 3% y el 8% a un plan de pensiones profesional. Los empresarios también pagan una parte. Esto supone un tipo efectivo del 28% sobre los ingresos medios, el más alto del mundo rico después de Italia.
Francia tiene 17 millones de jubilados, una cuarta parte de la población. En 2040 habrá 20 millones de jubilados. Se prevé que la población activa se mantenga estable en 30 millones.
Hace veinte años, había dos trabajadores por cada jubilado. Eso ha bajado a 1,7 y descendería a 1,4 a mediados de este siglo.
Inevitablemente, el fondo de pensiones se ha hundido en números rojos. Se prevé un déficit de 13.500 millones de euros para 2030.
Con un aumento de la edad a 64 años, el sistema debería volver a estar en números negros para entonces.