Hungría sigue bloqueando un embargo petrolero de la UE a Rusia, pero hay optimismo en que sus objeciones puedan ser superadas.
El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, puso precio a la conformidad de Budapest en un post de Facebook mientras se reunía con otros ministros de la UE en Bruselas el lunes (16 de mayo).
“La UE debería ofrecer una solución: financiar las inversiones y compensar … el [ensuing] subidas de precios, lo que requiere una modernización total de la estructura energética de Hungría por un importe de entre 15.000 y 18.000 millones de euros”, escribió Szijjártó.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, también atacó las sanciones de la UE en un discurso pronunciado el mismo día en Budapest.
“La guerra y la política europea de sanciones dada como respuesta, ha creado una crisis energética”, dijo.
“Todo esto traerá la era de la recesión, cuando se produzca un descenso de la producción económica”, añadió.
Las cifras que Szijjártó citó dentro de la reunión del lunes eran “diferentes”, según declaró a la prensa a última hora del lunes el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell.
Pero Borrell subrayó que las objeciones de Hungría tenían un carácter puramente técnico y económico, en lugar de estar vinculadas a sus lazos históricamente estrechos con Moscú, lo que las hace más fáciles de superar.
“No se trata de su relación con Rusia”, dijo Borrell.
También rechazó las informaciones de que el veto húngaro al petróleo estaba relacionado con su desaprobación de las intenciones de la UE de incluir en la lista negra al máximo clérigo ruso, el Patriarca Kirill, por su apoyo a la guerra de Rusia contra Ucrania en el mismo paquete de sanciones.
“No estoy hablando de aceite sagrado, estamos hablando de petróleo. No veo la relación, francamente hablando”, dijo Borrell.
Las conversaciones sobre cómo compensar a Hungría por la adaptación de sus oleoductos y refinerías y por verse obligada a comprar en el futuro un petróleo más caro y no ruso serán retomadas por los embajadores de la UE esta misma semana.
Borrell indicó que las conversaciones podrían prolongarse “una o dos semanas”. Sin embargo, Austria, Alemania y los Países Bajos manifestaron unos plazos más optimistas.
“Confío en que encontraremos un acuerdo en los próximos días”, dijo la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock. El ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Alexander Schallenberg, también habló de un probable acuerdo “en los próximos días”.
A pesar del optimismo, Lituania expresó su consternación por el hecho de que “toda la Unión sea rehén de un Estado miembro”, en palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, que asistió a la reunión del lunes en Bruselas, también advirtió: “Para detener la máquina de guerra rusa, debemos privar [Russian president Vladimir] Putin del dinero”.
“La Unión Europea… tiene que enviar un mensaje al primer ministro Orbán”, añadió Kuleba.
“Tenemos que deshacernos de esta fuerte dependencia [on Russian energy] que nos hace muy vulnerables”, dijo también Borrell.
El embargo de petróleo es sólo una parte de la reacción múltiple de Europa a la invasión rusa.
El petróleo, más la OTAN
Finlandia y Suecia también han optado por solicitar el ingreso en la OTAN y la UE intenta acelerar la integración de los Balcanes Occidentales para evitar la expansión de la influencia rusa en la región.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE estuvieron acompañados el lunes por sus seis homólogos de los Balcanes Occidentales en Bruselas.
Borrell advirtió a países como Serbia, que no han reflejado las sanciones de la UE a Rusia, que no pueden permanecer neutrales en el conflicto actual.
“Mantener lazos estrechos con el régimen de Putin no es compatible con la construcción de un futuro con la UE”, dijo.
También lamentó que Bulgaria siga vetando la apertura de las conversaciones de adhesión con Macedonia del Norte debido a una disputa bilateral sobre la historia y el idioma, y dijo que si esto no se resuelve antes de julio -el final de la presidencia francesa de la UE- podría crear una “grave crisis” para la política de ampliación de la UE.
Mientras tanto, si se esperaba que el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN se produjera rápidamente debido a sus estrechos vínculos con la alianza, Turquía puso en duda esta posibilidad el lunes.
Turquía ha acusado a los países nórdicos de apoyar a los grupos separatistas kurdos que califica de terroristas.
Los diplomáticos finlandeses y suecos habían dicho que viajarían a Ankara esta semana para tratar de resolver la cuestión.
Pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, indicó el lunes que la disputa tendría que resolverse a un nivel superior.
“Van a venir a Turquía el lunes. ¿Vienen a convencernos? Disculpen, pero no deberían cansarse”, dijo Erdoğan a la prensa.