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La UE debería dejar de exportar sus residuos de plástico, y punto

Si vives en la UE, lo más probable es que tu basura de plástico sea reciclada por niños o trabajadores inmigrantes en Turquía.

Cada año, cientos de miles de toneladas de residuos de plástico de la Unión Europea se envían a Turquía para su reciclaje. Sin embargo, las instalaciones de reciclaje de plástico en Turquía están amenazando la salud de las comunidades y los trabajadores locales, incluidos los niños, los refugiados y los inmigrantes indocumentados.

En los próximos días, el Parlamento Europeo votará una revisión del Reglamento sobre el traslado de residuos, cuyo objetivo es evitar que los residuos europeos contribuyan a la salud humana y al daño medioambiental. Esta reforma es una oportunidad para que los Estados miembros de la UE se responsabilicen de su propio consumo y dejen de exportar residuos plásticos fuera de la UE.

La actual propuesta de la Comisión da un paso en la dirección correcta al introducir una prohibición de facto de las exportaciones de plásticos a países no pertenecientes a la OCDE. Las empresas exportadoras de la UE tendrán que auditar de forma independiente las instalaciones de los países importadores para garantizar que las instalaciones tienen la capacidad de tratar los residuos de forma segura y adecuada y de proteger la salud de los trabajadores.

Sin embargo, tal y como está redactado, el proyecto de reglamento permitiría seguir exportando residuos plásticos a Turquía porque es un país miembro de la OCDE y tiene leyes para prevenir los daños a la salud y al medio ambiente, aunque esas leyes no siempre se apliquen.

Cuando el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo finalicen el Reglamento sobre el traslado de residuos de la UE, deberían asegurarse de que la UE ponga fin a la práctica perjudicial de exportar sus residuos de plástico a otros países, independientemente de su estatus en la OCDE.

Aunque a menudo se nos dice que el reciclaje es la forma más sostenible de tratar los residuos de plástico, el proceso puede ser peligroso. Para ser reciclado, el plástico debe ser clasificado, limpiado, triturado y luego fundido y formado en pellets para su reutilización. Las investigaciones han demostrado que este proceso puede emitir contaminantes atmosféricos y toxinas peligrosas, envenenando el medio ambiente local y amenazando la salud de las personas.

Si la UE no asume la responsabilidad de reducir y gestionar sus propios residuos de plástico, la salud de los niños y de los trabajadores inmigrantes estará en peligro.

Recientemente hemos documentado el peligroso impacto del reciclaje de plásticos en Turquía.

Los trabajadores y los residentes cercanos nos hablaron de los importantes problemas de salud que creen que están relacionados con el reciclaje de plásticos. Entre ellos se encuentran las altas tasas de asma, problemas respiratorios y dolencias de la piel. Las toxinas que se liberan durante el reciclaje están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer, abortos y niños nacidos con discapacidades. Las autoridades turcas no aplican en gran medida las leyes que protegerían a las personas de daños graves.

Un joven de 16 años nos contó que empezó a trabajar en una instalación de trituración de plástico en Adana, en el sur de Turquía, cuando sólo tenía 9 años. Allí estuvo expuesto a condiciones extremadamente peligrosas, como la carga de plástico en una cinta transportadora y la introducción de materiales en la máquina trituradora, que tiene cuchillas metálicas afiladas.

En marzo, conocimos a una mujer refugiada que llegó a Adana siendo adolescente y huyendo de la guerra de Siria. Poco después de llegar a Turquía, empezó a trabajar 12 horas al día en una instalación de reciclaje de plásticos, donde gana menos del salario mínimo y ni siquiera tiene equipos de protección básicos como mascarillas. La piel de sus mejillas estaba irritada y enrojecida, y sus brazos tenían sarpullidos. Nos contó que le cuesta respirar y que tiene la piel como si le quemara.

Estos problemas no son únicos. Entrevistamos a decenas de trabajadores de instalaciones de reciclaje de plásticos y a residentes de las inmediaciones en Turquía que dijeron haber sufrido problemas respiratorios agudos, dificultades para acceder a la atención médica y el temor a las represalias de los propietarios de las instalaciones si se quejaban a las autoridades.

Turquía cuenta con leyes que prohíben que los niños trabajen en instalaciones de reciclaje de plásticos y reglamentos que exigen que las instalaciones sean inspeccionadas para comprobar el cumplimiento de las normas laborales y medioambientales, pero la inadecuada aplicación de las leyes medioambientales y de salud laboral por parte del gobierno turco empeora la situación.

A medida que el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo finalizan el Reglamento de la UE sobre el traslado de residuos, deben garantizar que la UE ponga fin a la práctica perjudicial de exportar sus residuos de plástico a otros países, independientemente del estatus de la OCDE.

La UE está formada por algunas de las naciones más ricas del mundo. La UE debería gestionar sus propios residuos en lugar de esperar que los países con menos recursos asuman esta injusta carga.

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