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Los barcos de rescate de inmigrantes obtienen mayores libertades en la UE

Los puertos italianos no pueden incautar los barcos de las ONG de rescate de inmigrantes por considerar que llevan a bordo demasiadas personas para ser seguras, según ha dictaminado el Tribunal de la UE.

El derecho del mar contiene “un deber fundamental de prestar asistencia a las personas en peligro o en peligro en el mar”, dijo el lunes (1 de agosto) el Tribunal de Justicia de Luxemburgo.

Por ello, el número de personas rescatadas a bordo “no debe tenerse en cuenta a la hora de comprobar si se han respetado las normas de seguridad en el mar”, añadió.

Las autoridades portuarias sí tienen derecho a realizar inspecciones de seguridad en los buques de rescate, pero sólo si los tribunales locales dicen primero que “hay indicios graves de peligro para la salud, la seguridad, las condiciones de trabajo a bordo o el medio ambiente”.

Y los tribunales locales, a la hora de tomar tal decisión, pueden “tener en cuenta” el hecho de que “los buques clasificados y certificados como buques de carga por el Estado de abanderamiento son, en la práctica, utilizados sistemáticamente para actividades relacionadas con la búsqueda y el salvamento de personas”.

Si las inspecciones detectan “deficiencias”, las autoridades portuarias también pueden adoptar “medidas correctoras”, como la inmovilización de los buques, siempre que esas medidas sean “adecuadas, necesarias y proporcionadas”, añade el Tribunal de la UE.

El caso surgió después de que la organización benéfica alemana Sea Watch demandara el año pasado a las autoridades portuarias de Palermo y Empedocle en Italia ante un tribunal regional de Sicilia.

Dos de los buques de la organización benéfica -Sea Watch 3 y Sea Watch 4- están registrados como buques de carga bajo pabellón alemán.

Y los capitanes de los puertos italianos habían insistido en mantenerlos en el puerto alegando que habían llevado más personas a bordo de lo que permitían sus certificados de carga.

Muchos barcos de ONGs operan en el Mediterráneo Central, cerca de Libia.

Unas 25.164 personas utilizaron esta ruta para intentar llegar a Europa en los primeros seis meses de este año, lo que supone un aumento del 23% respecto al mismo periodo del año anterior, según Frontex, la agencia de control de fronteras de la UE.

Otras más de 30.000 personas en lo que va de año también realizaron peligrosas travesías marítimas en las regiones de África Occidental, Mediterráneo Occidental y Mediterráneo Oriental.

La mayoría de los que llegan proceden de Argelia, Bangladesh, Congo, Egipto, Nigeria, Marruecos, Siria y Túnez.

Al menos 978 inmigrantes han muerto intentando llegar a España sólo este año -lo que supone cinco personas al día-, según la ONG española Caminando Fronteras.

Otras 600 personas murieron en los tres primeros meses de este año intentando llegar a Europa desde Túnez y Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones.

“ACNUR [a UN humanitarian agency] no ha dejado de advertir de las horribles experiencias y peligros a los que se enfrentan los refugiados y migrantes que recurren a estos viajes”, dijo en junio la portavoz del ACNUR, Shabia Mantoo.

“Cada año, miles de personas perecen o desaparecen en el mar sin dejar rastro”, dijo.

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