Una amplia mayoría de los eurodiputados instó el miércoles (16 de febrero) al Banco Central Europeo a mantener una política monetaria ultralaxa, en medio de las advertencias de que subir los tipos de interés perjudicaría la recuperación económica posterior a la crisis.
El BCE se ha resistido a las peticiones de subir los tipos de interés. Pero el debate entre los 27 miembros del consejo de gobierno del BCE que representan a cada banco central de la UE se está agudizando.
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Y el miércoles, 569 legisladores votaron a favor de un informe anual no vinculante para el BCE en el que se recomienda continuar con los bajos tipos de interés.
A muchos les preocupaba que el aumento del coste de los préstamos pudiera provocar un menor crecimiento y desempleo.
El eurodiputado y ponente griego Dimitris Papadimoulis, que elaboró el informe, advirtió contra una “nueva ronda de austeridad”.
“Ya tenemos una crisis medioambiental que gestionar, y sería una pena que también hubiera una financiera que fuera de la mano”, dijo la eurodiputada socialista francesa Aurore Lalucq.
El BCE es independiente del Parlamento Europeo, pero el fuerte apoyo de los eurodiputados a su política monetaria, actualmente laxa, puede reforzar las voces dovish en el consejo de gobierno.
La votación también reveló un amplio consenso parlamentario para que el BCE tenga en cuenta el cambio climático, que formó parte del informe anual.
El sistema financiero estaba “sentado sobre un volcán de riesgos relacionados con el clima”, dijo el eurodiputado socialista holandés Paul Tang a la presidenta del BCE, Christine Lagarde. Esos riesgos debían reflejarse en las calificaciones crediticias de las empresas”, dijo.
El eurodiputado conservador alemán Markus Ferber hizo un intento de última hora el lunes para impulsar una votación separada sobre la responsabilidad del banco en la prevención del cambio climático, calificándola de “distracción” del deber principal del BCE de controlar la inflación.
Pero su enmienda fue rechazada.