Los líderes de Serbia y Kosovo no lograron resolver sus diferencias, tras los esfuerzos realizados por la UE para aliviar las tensiones.
“Hoy no hay acuerdo, pero no nos rendimos”, dijo el jueves (18 de agosto) el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell.
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Borrell dijo que las conversaciones deben continuar, señalando que Europa no puede permitirse otro conflicto armado dada la guerra de Rusia en Ucrania.
“No es el momento de aumentar las tensiones, es el momento de buscar soluciones y de resolver las cuestiones pendientes desde hace tiempo”, dijo.
Borrell dijo que ambas partes “acordaron continuar las conversaciones de forma regular”.
Pero preguntado por si se había avanzado en las cuestiones más urgentes, Borrell dijo que no. Las conversaciones tuvieron lugar en Bruselas entre el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti.
Ninguno de los dos hizo declaraciones a la prensa tras la reunión. Vučić tiene previsto reunirse el viernes con representantes de la etnia serbia del norte de Kosovo.
Las dos partes están enfrentadas por los planes de Pristina de expedir matrículas a los serbios étnicos que viven en Mitrovica Norte, en Kosovo.
Kosovo había acordado posponer la emisión de las matrículas hasta el 1 de septiembre.
Pero los serbios se niegan a reconocer dichas matrículas, así como los documentos de viaje de entrada y salida, en medio de los agravios heredados de la guerra de los años 90.
Vučić ya había insinuado que las conversaciones no irían a ninguna parte antes de la reunión, diciendo a los periodistas que no están de acuerdo en casi nada.
Por su parte, Borrell dijo que aún había tiempo hasta el 1 de septiembre para encontrar una solución.
La OTAN también está dispuesta a enviar más tropas al norte de Kosovo para mantener la paz, según declaró esta semana el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Kosovo declaró su independencia de Serbia hace 14 años y tiene alrededor de 50.000 personas de etnia serbia concentradas en su norte.
Unos 100 países reconocen a Kosovo, entre ellos Estados Unidos, Alemania y Francia. Pero España, Eslovaquia, Chipre, Rumanía y Grecia no lo hacen.