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Owen Roizman, director de fotografía de ‘French Connection’, fallece a los 86 años

Owen Roizman, director de fotografía cinco veces nominado al Oscar, que rodó películas históricas como “The French Connection”, “El exorcista”, “Network” y “Tootsie”, ha fallecido. Tenía 86 años.

Sociedad Americana de Cinematógrafos confirmado Sábado que Roizman había muerto tras una larga enfermedad.

Roizman, nacido en Nueva York y fallecido en su casa de Los Ángeles, recibió en 2017 un Oscar honorífico por los logros de su carrera, tras haberse retirado del mundo del cine en la década de 1990 sin haberse llevado aún a casa una de las estatuillas doradas de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, a pesar de las múltiples nominaciones.

Roizman era conocido por sus colaboraciones con Sydney Pollack y William Friedkin. Sus trabajos cinematográficos incluyeron “Tócala otra vez, Sam”, “The Heartbreak Kid”, “Tres días del cóndor” y “Wyatt Earp”.

Recibió su primera nominación al Oscar por “The French Connection” (1971) -su segunda película-, protagonizada por Gene Hackman en el papel de un violento detective de policía. Tras rodar el influyente thriller policíaco neo-noir dirigido por Friedkin, incluida su famosa secuencia de persecución en coche, Roizman se hizo conocido por su estilo documental “descarnado”, una denominación que le resultaba divertida, dada la gran variedad de géneros en los que destacaba.

“Inmediatamente después de ‘The French Connection’, me etiquetaron como un arenoso fotógrafo callejero de Nueva York, lo que me pareció muy gracioso porque nunca había rodado nada como ‘The French Connection’ antes de eso”, dijo Roizman a Los Angeles Times en una entrevista de 2017. “Me hizo mucha gracia. Mi objetivo principal siempre fue simplemente servir a la historia y contarla visualmente de la mejor manera que sabía.”

Roizman, nacido en Brooklyn el 22 de septiembre de 1936, creció con el trabajo de cámara en la sangre.

Su padre, Sol, era director de fotografía de Fox Movietone News. Su tío Morrie era montador de cine. Tras graduarse en el Gettysburg College de Pensilvania, comenzó su carrera como ayudante de cámara en anuncios publicitarios y fue ascendiendo hasta convertirse en director de fotografía.

Tuvo su oportunidad en una película de bajo presupuesto de 1970, “Stop”, que casi nadie vio, excepto algunas personas clave: Friedkin y el productor de “The French Connection”, Phil D’Antoni, a quien le gustó su trabajo.

“The French Connection” destaca por el uso de la luz exterior, que le da un aspecto real. La principal escena de persecución transcurre por las malvadas calles de Nueva York mientras el duro detective Popeye Doyle (Hackman, ganador de un Oscar) se hace con un coche civil e intenta seguir al asesino que intenta escapar en un tren elevado.

“Se hizo de dos maneras diferentes”, dijo Roizman a The Times en 2011. “Se utilizaron tres cámaras dentro del coche, incluida una cámara en el salpicadero que miraba a través del parabrisas y otra por encima del hombro del conductor. Desde fuera, teníamos cinco cámaras. Lo dividimos en cinco acrobacias, y el resto eran trozos y piezas. Para cada una de las escenas teníamos cinco cámaras colocadas en distintos ángulos para cubrirlo todo”.

Roizman explicó a American Cinematographer que “el mayor problema era intentar que coincidieran porque la luz cambiaba constantemente. Mientras corríamos por la vía, pasaba otro tren y tapaba la luz. O pasábamos entre edificios altos y eso cortaba la luz en mitad de una escena”.

Su trabajo en “El exorcista”, la película de Friedkin de 1973, es recordado por aportar un realismo vivo al género de terror sobrenatural.

Uno de los retos del rodaje de la escena climática del exorcismo fue transmitir la gélida temperatura de la habitación del niño haciendo que la respiración de los actores apareciera en pantalla, según declaró a American Cinematographer.

Para conseguir el efecto creíble, los cineastas crearon una réplica de la habitación y la refrigeraron.

“Se desarrolló un sistema que podía refrigerar la habitación rápidamente a cualquier temperatura, desde cero hasta 20 grados bajo cero”, dijo Roizman. “La respiración aparecía bien a cero, pero Friedkin quería que los actores sintieran realmente el frío porque creía que eso ayudaría a su interpretación. Un actor arrodillado durante 15 minutos a 20 grados bajo cero va a sentir frío de verdad. Funcionó muy bien”.

La película le valió a Roizman su segunda nominación al Oscar.

En 1976 se trasladó de Nueva York a Los Ángeles y más tarde fundó su propia productora de anuncios de televisión, Roizman & Associates.

Sus otros trabajos nominados al Oscar abarcaron varias décadas, incluyendo la sátira televisiva de noticias de Sidney Lumet “Network” (1976), la comedia de Pollack sobre Dustin Hoffman “Tootsie” (1982) y el western de Lawrence Kasdan “Wyatt Earp”(1994). “The French Connection”, “The Exorcist”, “Network” y “Tootsie” también fueron nominadas a la mejor película. Ganó “The French Connection”.

En 1997, recibió el premio a toda una vida de la Sociedad Americana de Cinematógrafos.

Dijo que nunca se arrepintió de haber rechazado ninguna película, ni siquiera “Tiburón”, la superproducción veraniega de Steven Spielberg que cambió la industria en 1975.

“Hablamos durante unas tres horas por teléfono y me cayó muy bien, y hasta el día de hoy sigo queriéndole”, afirma Roizman. “Pero lo que él no sabía es que yo estaba pensando todo el tiempo, mientras él me describía la historia: ‘Jesús, un tiburón aterrorizando a un pueblo de Long Island… eso significa ir mucho en barco’. Me mareo. Así que no sonaba muy atractivo para mí. Así que lo rechacé realmente por esa razón”.

Le sobreviven su esposa, Mona Lindholm, y su hijo, Eric Roizman, que siguió su propia carrera detrás de la cámara, trabajando en “Wyatt Earp” con su padre, además de en otras películas.

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