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¿Por qué Europa central se abrió a la desinformación china de Covid?

La desilusión con la democracia, la falta de debate público sobre las campañas de desinformación de China y otros Estados, y el hecho de que los políticos locales se presten a las noticias falsas se combinan para hacer que Europa central y oriental sea más susceptible a la influencia extranjera.

“Con Covid-19, China aceleró realmente su campaña de influencia e información en la región de Europa Central y Oriental. Nuestros datos mostraron que realmente resonó entre la gente”, dijo a novedades24 Katarína Klingová, investigadora del Centro para la Democracia y la Resiliencia del Instituto de Políticas Globsec, con sede en Bratislava.

  • Katarína Klingová: “La UE tiene que trabajar en sus relaciones públicas. Según nuestras conclusiones, han sido derrotados por China” (Foto: Globsec)

“Tenemos que llamar a las cosas por su nombre, no podemos esconder la cabeza en la arena”, dijo Klingová, que recientemente hizo una presentación ante la comisión de injerencia extranjera del Parlamento Europeo.

La desinformación no sólo procede de Rusia, sino también de China. Sin embargo, todavía no se conocen las actividades chinas en la región de Europa central y oriental.

Globsec ha publicado recientemente un estudio, llamado Índice de Vulnerabilidad, que muestra que Serbia y Hungría son los países más susceptibles a la influencia rusa y china.

“Percibir el régimen chino como una inspiración va de la mano con el aumento de la percepción entre los europeos centrales y orientales de apoyar, o preferir, líderes autocráticos fuertes que no tienen que lidiar con las elecciones, o el parlamento”, dijo.

Un estudio realizado en marzo por Globsec mostró que en ocho de cada diez países de la región, la mayoría de los encuestados considera que sus gobiernos han manejado mal la pandemia del Covid-19.

El informe también mostraba que la identificación de la democracia “como sistema de gobierno ideal ha caído en picado en 15 puntos porcentuales y ha visto cómo se desvanece su “aceptación” en 9 de los 10 países encuestados cuando se añade la palabra “liberal” antes de democracia”.

Los países de la región son, por supuesto, diversos. Por ejemplo, en la República Checa la gente es mucho más consciente de las violaciones de los derechos humanos por parte de China en el Tíbet. Pero la creciente desconfianza en los gobiernos y la difusión de teorías conspirativas parecen ser un hilo conductor.

Los actores malignos, como China y Rusia, han sabido aprovechar ese sentimiento, pero con un ingrediente añadido: los políticos de la región amplifican esas narrativas de desinformación involuntariamente -o incluso voluntariamente- para obtener beneficios políticos.

Ignorancia sobre China

Klingová dijo que lo que es único en Europa central es que la propaganda china resuena “debido a la poca conciencia de que esta operación de influencia es una amenaza”, ya que todavía no forma parte de ningún debate público.

“Los propios políticos no hablan de ello. Este telón de fondo está permitiendo a China intensificar sus operaciones de influencia en la región”, dijo, destacando la investigación de Globsec que mostró que sólo uno de cada cuatro encuestados ha oído hablar del presidente chino Xi Jinping.

China pudo utilizar con éxito la pandemia de Covid-19 para crear una imagen más positiva.

Esto fue especialmente notable en los países occidentales de los Balcanes, donde se construyeron narrativas de que “Occidente” abandonó la región, mientras que China la ayudó.

Klingová mencionó el ejemplo de un vídeo viral sobre la construcción de un hospital chino “en pocos días” al comienzo de la pandemia de Covid-19, que, según ella, tuvo mucho eco en la región. En Belgrado, se colocaron vallas publicitarias agradeciendo al “hermano” presidente Xi la ayuda de China.

Klingová criticó a la UE, diciendo que “realmente necesitan trabajar en sus relaciones públicas”. “Les ha ganado China, según nuestras conclusiones”, concluyó.

Según el análisis, las figuras públicas y sus administraciones amplifican la propaganda china, especialmente en Hungría y Eslovaquia, y el informe concluye que “las élites gobernantes en Hungría impulsan la vulnerabilidad del país”.

“En los últimos dos años se observa realmente una ‘mainstream-ización’ y politización de la desinformación”, advirtió Klingová.

“Cada vez hay más partidos políticos dominantes [and] representantes utilizan la desinformación como parte de sus campañas electorales, para ganar atractivo y votos”, dijo.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha sido experto en crear diferentes “enemigos” para reunir a sus partidarios, ya sean mirgantes, personas LGBTIQ o el multimillonario filántropo estadounidense George Soros.

Mientras tanto, el ex primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha llegado a sugerir que las protestas contra el gobierno tras el asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak fueron organizadas por grupos afiliados a Soros.

Falso amanecer de la democracia

Lo que también contribuye a que la región sea más vulnerable es la falta de debate sobre la historia local y su sistema educativo.

“Tenemos que hablar de nuestras historias”, dijo, y añadió que debería haber debates sobre el papel de los países en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

La educación no fomenta el pensamiento crítico ni las competencias digitales en la región, añadió Klingová.

También hay un sentimiento de desilusión con la democracia en la región: que no cumplió lo prometido, en comparación con la seguridad y el paternalismo percibidos del anterior Estado comunista.

“Existía la idea de que una vez que nos democratizáramos y nos uniéramos a la UE y a la OTAN, la calidad de vida iba a ser comparable a la de Austria y Suiza. Eso nunca se cumplió, y algunos lo relacionan con que la democracia no ha cumplido”, advirtió Klingová.

Este sentimiento es explotado por actores extranjeros malignos.

Para contrarrestarlo, la UE y los gobiernos de los Estados miembros deberían ser más proactivos a la hora de promover los beneficios de la democracia y la pertenencia a la UE, y añadió que es crucial invertir en buen periodismo y hacerlo accesible libremente.

Entre el 30 y el 40% de los encuestados de la región no saben cómo funciona la UE, señaló, advirtiendo que el apoyo de estos países a la adhesión a la UE no debe darse por sentado.

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