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Una idea para hacer frente a los grandes beneficios de Big Energy

Los resultados del segundo trimestre publicados recientemente muestran que Shell, Centrica, Exxon, Chevron y otras grandes empresas energéticas han obtenido beneficios récord. Tienen la intención de pagar estos beneficios a sus accionistas.

El escepticismo ante un reparto de dividendos tan elevado va en aumento, sobre todo en un momento en el que el planeta se precipita aún más hacia un cambio climático irreversible y los ciudadanos europeos se enfrentan a una crisis del coste de la vida. Una solución para distribuir de forma más equitativa los beneficios obtenidos de la crisis energética son los impuestos extraordinarios.

  • Shell y otros gigantes de la energía pagan dividendos exagerados a sus inversores, lo que hace que su fondo de inversión verde sea menor (Foto: Wikimedia)

Los llamamientos a favor de este tipo de medidas fiscales son cada vez más fuertes en varios países, aunque podrían ser difíciles de aprobar en muchos otros.

Otro enfoque, además de gravar el exceso de beneficios, es obligar a las grandes empresas energéticas a invertir sus beneficios en su propio futuro sostenible.

Al fin y al cabo, a estas empresas les espera una gran “deuda de sostenibilidad” y unos costes de transición extraordinarios.

Sin embargo, hoy en día, pagan dividendos exagerados a sus inversores, lo que hace que su fondo de inversión verde sea más pequeño, a la vez que proporciona duros incentivos a los inversores para comprar en estas empresas de energía sucia, que siguen siendo las más rentables a nivel mundial. Es hora de que las grandes empresas se tomen en serio la necesidad de su transición hacia la sostenibilidad y utilicen sus beneficios para pagarla.

Concretamente, la Unión Europea y sus Estados miembros deberían exigir a las empresas que hagan reservas financieras para su transición hacia la sostenibilidad. Los contaminadores europeos, incluidas las filiales de los grupos internacionales, deberían reservar anualmente dinero en una “reserva de transición” exigida por la ley. Esta reserva de transición rellenada anualmente debería establecerse en relación con el plan de transición específico de la empresa.

La UE introducirá pronto la obligación de que las grandes empresas elaboren planes de transición como parte de la Directiva sobre informes de sostenibilidad empresarial y la Directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad empresarial.

Las propuestas actuales, sin embargo, no exigen a las empresas que describan los costes de la transición ni que establezcan límites al pago de dividendos.

El legislador de la UE debería exigir a las grandes empresas que incluyan en sus planes de transición proyecciones de inversión paso a paso, que establezcan el coste estimado de su transición y determinen un plan de inversión anual.

A continuación, debería exigirse a las empresas destinatarias (a través de la legislación de la UE o nacional) que creen reservas financieras para cubrir estos costes de transición. Es importante que hasta que no se hayan creado reservas suficientes para cubrir los costes durante (al menos) los próximos años, las empresas no deberían poder hacer distribuciones a sus accionistas.

No es una medida fiscal

Una reserva de transición asegura la transición sostenible de las empresas energéticas, poniendo el dinero donde está su boca. Da una base financiera a las propuestas europeas de gobierno corporativo sostenible, sin ser una medida fiscal. Con esta propuesta no fluye ningún dinero hacia el gobierno

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