23 ONGs denuncian el historial de derechos humanos del BEI, en medio de una revisión

Un grupo de 23 ONGs escribió el miércoles (26 de enero) a los directores del Banco Europeo de Inversiones (BEI), instándoles a mejorar sus estándares de derechos humanos.

El banco de la UE está llevando a cabo una amplia revisión de sus prácticas de préstamos sostenibles y sociales, con el fin de evitar una mayor pérdida de biodiversidad, daños al medio ambiente y contaminación y proteger los derechos humanos en los próximos años.

El consejo de administración tiene previsto aprobar el miércoles (2 de febrero) el Marco de Sostenibilidad Ambiental y Social (ESSF) actualizado.

Pero según los firmantes de la carta, entre los que se encuentran el Fondo Mundial para la Naturaleza (WFF) y Counterbalance, esta nueva normativa no aborda las deficiencias existentes que perpetúan las violaciones del medio ambiente y los derechos humanos.

Según el director de Counterbalance, Xavier Sol, el banco carece de la capacidad y la experiencia del personal para llevar a cabo la diligencia debida en los proyectos que financia.

Contrapeso se lanzó como una campaña en 2007 con el objetivo específico de desafiar al BEI para que impulsara la reforma.

Sus investigadores han establecido vínculos entre la financiación del BEI y la intimidación y la violencia en Ucrania y el desalojo forzoso de una aldea para una carretera de acceso al puerto de Mombasa en Kenia.

Uno de los problemas que destaca la carta es que muchos de los proyectos del banco se financian a través de intermediarios comerciales.

Terceros

Y aunque las normas de transparencia del BEI se han establecido claramente en el marco del propio mandato de préstamo externo del banco, sus socios no están sometidos al mismo nivel de escrutinio.

Los efectos potenciales sobre la población local o el medio ambiente no suelen ser transparentes.

Y aunque el BEI ha tomado recientemente medidas ambiciosas para convertirse en un líder climático, no tiene la misma ambición cuando se trata de cuestiones de derechos humanos y transparencia.

Los firmantes, por tanto, instan al consejo de administración a modificar el reglamento del FEES “para obligar a los intermediarios, en todos los casos, a remitir los subproyectos de alto riesgo al BEI para su revisión”.

El BEI no está obligado a publicar los proyectos que selecciona para su financiación, el papel de los intermediarios financieros (como los bancos comerciales y los fondos de inversión), los criterios de selección o el impacto medioambiental de dichos proyectos.

En una sentencia de 2019, el Defensor del Pueblo Europeo dijo que el BEI había gestionado mal las quejas medioambientales contra una operación de extracción de cobalto en Madagascar.

El banco tardó seis años en responder, “un período considerablemente más largo que el previsto en sus propias normas internas.”

En una queja similar relacionada con los préstamos para la ampliación de un sistema de energía en Nepal, el propio mecanismo de quejas de los bancos encontró “graves deficiencias en la evaluación, la ausencia de un plan de participación de las partes interesadas y un escaso acercamiento a la población indígena local.”

En las normas del ESSF, el banco sugiere que tiene la intención de desarrollar “una declaración de posición sobre los derechos humanos.”

Sin embargo, según los firmantes, “no está claro qué estatus tendrá este documento” y aconsejan al banco que desarrolle una “estrategia de derechos humanos en toda regla para complementar su estrategia de género y su estrategia climática.”

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