Daniela Torres 
MINSK — El Tribunal de la ciudad de Minsk ha condenado a un ciudadano ruso a 11 años de prisión por sus supuestas acciones contra el gobierno del hombre fuerte de Bielorrusia, Alyaksandr Lukashenka.
El tribunal dictó el veredicto y la sentencia el 27 de diciembre contra Yegor Dudnikov, de 21 años, quien afirma que la policía le golpeó duramente tras su detención, por supuestamente incitar al odio y llamar a acciones para perjudicar a Bielorrusia.
Crisis en Bielorrusia
Lea nuestra cobertura actual mientras el hombre fuerte de Bielorrusia, Alyaksandr Lukashenka, continúa su brutal represión contra las ONG, los activistas y los medios de comunicación independientes tras las elecciones presidenciales de agosto de 2020, ampliamente consideradas como fraudulentas.
Los cargos se derivan de la supuesta participación de Dudnikov en la preparación de material en línea en relación con las concentraciones masivas sin precedentes en Bielorrusia para protestar por los resultados oficiales de las elecciones presidenciales de agosto de 2020, que otorgaron a Lukashenka un sexto mandato consecutivo.
Los investigadores dicen que desde enero hasta mayo, Dudnikov colocó al menos 55 mensajes sobre las protestas en el canal de Telegram administrado por los llamados Grupos de Autodefensa Cívica de Bielorrusia (OGSB), una organización etiquetada como extremista y prohibida en Bielorrusia tras las protestas.
Dudnikov es una de las decenas de personas que se han enfrentado a juicios en Bielorrusia en los últimos meses, después de que las autoridades reprimieran brutalmente cualquier forma de disidencia tras las elecciones presidenciales del año pasado.
Activistas de derechos y políticos de la oposición afirman que los comicios fueron amañados para prolongar los 26 años de gobierno de Lukashenka. Miles de personas han sido detenidas durante las protestas en todo el país y ha habido informes creíbles de tortura y malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad. Varias personas han muerto durante la represión.
Muchos de los líderes de la oposición bielorrusa han sido detenidos u obligados a abandonar el país, mientras que Lukashenka se ha negado a negociar con la oposición.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países se han negado a reconocer a Lukashenka como ganador de la votación y han impuesto varias rondas de sanciones a él y a su régimen, alegando el fraude electoral y la represión policial.
