Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, Occidente asumió que el desarrollo de la democracia y de una economía capitalista próspera para las naciones que salieran de la URSS sería axiomático. No fue así.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Ucrania.
En diciembre de 1991, los ucranianos votaron abrumadoramente a favor de la independencia, y los residentes de Crimea eligieron permanecer con Ucrania en lugar de con Rusia.
Leonid Kravchuk fue elegido entonces como primer presidente de Ucrania. Los ucranianos establecieron su propio ejército y armada, introdujeron su propia moneda y formaron su propio gobierno. Las posibilidades para Ucrania parecían ser infinitas.
Ucrania podría haber buscado la integración occidental, pero Kravchuk optó por mantener una buena relación con Rusia. Esto se convirtió en el punto central de las elecciones presidenciales ucranianas de 1994.
Mientras Kravchuk intentaba equilibrar la relación de Ucrania con Occidente y Rusia, Leonid Kuchma sostenía que su país no podía abandonar sus vínculos con Rusia. Kravchuk perdió las elecciones y Kuchma se convirtió en el nuevo presidente.
Kuchma se esforzó por mantener una sólida relación con Rusia durante su presidencia.
En 1997, Kuchma firmó el “Tratado de Amistad” con el presidente ruso Boris Yeltsin. El documento establecía que Ucrania y Rusia tendrían sus flotas estacionadas en Crimea. También se concedía a la armada rusa un arrendamiento de 20 años en Sebastopol.
La decisión de mantener fuertes relaciones con el Kremlin provocó problemas financieros. No obstante, Kuchma siguió presionando para que se estrechara la relación con Rusia. Esto, a su vez, deterioró la relación de Ucrania con Occidente.
Entra Yanukovich
Los problemas económicos y la corrupción rampante allanarían el camino a la primera revolución de independencia de Ucrania en 2004. Tras haber sido presidente durante dos mandatos consecutivos, Kuchma propuso a Viktor Yanukovich como su sucesor.
Al igual que Kuchma, Yanukóvich apoyaba el fortalecimiento de los lazos con Rusia. Los oligarcas de Ucrania apoyaron la elección de Kuchma. El presidente ruso Vladimir Putin también apoyó a Yanukovich.
Mientras que Yanukóvich era partidario de estrechar lazos con Rusia, el candidato de la oposición, Víktor Yúschenko, apoyaba la integración occidental. Estas diferencias se convirtieron en el punto central de las elecciones.
La Comisión Electoral declararía ganador a Yanukóvich, pero esto desató la ira en toda Ucrania, ya que era evidente que había habido fraude electoral.
Cientos de miles de ciudadanos ucranianos se reunieron en la capital ucraniana para protestar por los resultados. Adoptaron el color naranja como símbolo de paz y democracia, y los manifestantes acamparon en el centro de la ciudad durante varias semanas.
Ante esta presión, la Comisión Electoral Central y el Tribunal Supremo de Ucrania anularon las elecciones y Yushchenko se convirtió en el próximo presidente de Ucrania.
Durante su mandato, Yushchenko se reunió con líderes occidentales para discutir la posibilidad de entrar en la OTAN y la UE. Pero la Gran Recesión de 2008 obstaculizó sus ambiciones.
El valor de la hryvnia ucraniana cayó significativamente y surgieron desavenencias políticas dentro del gabinete de Yúschenko. Yúschenko no lograría resolver la crisis económica y Yanukóvich se convertiría en el próximo presidente de Ucrania.
La primera medida de Yanukóvich fue ampliar el arrendamiento naval de Rusia en Sebastopol. También declaró que Ucrania sería un Estado neutral. Pero en 2013, Yanukóvich fue presionado tanto por Occidente como por Rusia para que se uniera a sus respectivas organizaciones económicas.
Los acontecimientos que siguieron allanaron el camino hacia lo que hoy se conoce como la Ucrania moderna.
En noviembre de 2013, Yanukóvich decidió no firmar un Acuerdo de Asociación con la UE, ya que estaba a favor de una relación más estrecha con Rusia. En respuesta, cientos de miles de ucranianos acudieron a Kiev para protestar por su decisión.
Ciudadanos de todas las edades, profesiones, etnias y religiones se reunieron en Kiev para apoyar la integración europea. Los ucranianos permanecieron en la capital durante varios meses.
En febrero de 2014, Yanukóvich ordenó a las fuerzas especiales ucranianas que dispararan contra los manifestantes para que se dispersaran. Esta violencia provocó la muerte de más de 100 activistas pacíficos.
Al darse cuenta de que había cometido un horrible error, Yanukóvich huyó a Rusia, y el Parlamento ucraniano lo destituyó.
Pero entonces surgió un nuevo problema al intervenir Rusia.
En marzo de 2014, la Federación Rusa se anexionó ilegalmente la península de Crimea, alegando que estaba rescatando a los rusos étnicos y a los pueblos de habla rusa.
A continuación, surgieron militantes armados en el este de Ucrania, declarando que querían la autonomía de Kiev. Lo que siguió fue laprimera incursión rusa en Ucrania. Más de 14.000 ucranianos y rusos perecieron y casi dos millones de personas fueron desplazadas.
Sin embargo, los funcionarios ucranianos siguen reuniéndose con los líderes occidentales.
Ucrania reescribe su constitución para manifestar su deseo de integrarse en Occidente. A continuación, Ucrania puso en marcha una serie de reformas contra la corrupción, y el ejército ucraniano colaboró estrechamente con las fuerzas occidentales para aplicar reformas en materia de defensa.
Los funcionarios europeos elogiaron los esfuerzos de Ucrania concediéndole la exención de visado para viajar a la UE. Estos acontecimientos demostraron que había surgido un cambio político en Ucrania y que este país se tomaba en serio sus aspiraciones europeas.
Invasión #2
Ahora, la soberanía de Ucrania está siendo atacada.
El 24 de febrero, Rusia lanzó su segunda incursión en Ucrania. La guerra de Rusia ha sido catastrófica. Ha provocado la muerte de miles de personas y más de tres millones de ucranianos han huido del país.
Pero Ucrania ha demostrado una increíble resistencia. Los ucranianos han luchado largo y tendido para conseguir una verdadera independencia, y su duro trabajo está dando sus frutos.
Si Ucrania gana la guerra contra su agresivo vecino, y si Ucrania se convierte en un estado candidato a la UE, esto demostrará que la lucha de Ucrania por la independencia valió la pena. El futuro de Ucrania depende de su pueblo.