Estamos viviendo los primeros momentos de una “nueva normalidad” para todo el mundo y una nueva era para Europa.
La guerra en Ucrania -una guerra en Europa- marcó el fin de la globalización tal y como la conocíamos, y supuso el inicio de un periodo de inestabilidad de consecuencias imprevisibles.
En un entorno ya frágil para los países y los ciudadanos, con crisis repetidas y desafíos sin precedentes, Europa está llamada a invertir en políticas resistentes que garanticen su prosperidad económica, su autonomía energética y el bienestar de sus ciudadanos.
Los ambiciosos planes de la Comisión Europea hacia políticas más ecológicas y digitales tienen el potencial de convertirse en un catalizador para la creación de una Europa sostenible que sea capaz de garantizar la seguridad, la estabilidad financiera y un alto nivel de vida.
Sin embargo, su éxito depende de que estas políticas sean socialmente justas. Porque estas profundas reformas sólo pueden tener éxito si se basan en un amplio consenso entre todos los miembros y grupos de nuestra sociedad: necesitan el apoyo de toda la comunidad.
A través de diferentes discursos, mensajes de vídeo, talleres interactivos y debates plenarios de seguimiento, las Jornadas de Verano de este año, con novedades24 como socio mediático, nos ayudaron a organizar nuestras reflexiones e ideas para comprender lo que está en juego y valorar la importancia de mantener la agenda social en el centro de los procesos de transición.
Los debates dejaron claro:
– La equidad social implica la cooperación, la participación y la apropiación a varios niveles, multisectorial y multinacional. Convertir las políticas medioambientales y la digitalización en un verdadero motor de la sostenibilidad requiere la cooperación entre países, mercados y sectores.
– La equidad social significa que las transiciones verde/digital deben estar centradas en los trabajadores. Las consecuencias de las transiciones para los asuntos sociales, los mercados laborales y el empleo serán enormes y se extenderán a casi todos los sectores de nuestras economías. Para ello, necesitamos mecanismos sólidos que garanticen el diálogo social y la participación de las comunidades a lo largo de todo el proceso de transición.
– La UE de nueva generación y, en particular, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y los planes nacionales de recuperación y resiliencia pueden crear un fuerte valor añadido y apoyar las políticas sociales durante las transiciones. Para garantizarlo, debemos evaluar cuidadosamente la aplicación de los planes y la credibilidad y sostenibilidad de las reformas.
– La sostenibilidad requiere competencias adecuadas y la prestación de servicios públicos. Nuestros sistemas educativos deben adaptarse a las exigencias de las tendencias actuales y preparar a los estudiantes y a los trabajadores para los retos de nuestro tiempo, mientras que los servicios públicos deben recibir apoyo financiero para poder garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, su bienestar y la cohesión de nuestras sociedades. Para poder proteger a los ciudadanos y a los trabajadores durante la transición verde, necesitamos una fuerte dimensión social en el Pacto Verde de la UE, basada en el Pilar Europeo de Derechos Sociales y en la Declaración de Oporto.
Antes de diseñar y poner en práctica planes ambiciosos, siempre debemos trazar sus posibles beneficios y riesgos para la sociedad, para los ciudadanos y para los trabajadores.
Para asegurar esto, los trabajadores y sus representantes deben tener una voz central. La transformación verde-digital debe ser una transición justa. Debe hacerse “con” los trabajadores y no “para” ellos. De lo contrario, no será sostenible.
Para más información y detalles, véase la reciente posición de la CESI.