Es un gran error que las democracias cierren o reduzcan su representación diplomática en Ucrania. Tales medidas sólo aumentan los ya elevados niveles de estrés en la sociedad ucraniana y no tienen mucho sentido de todos modos.
En cambio, es de suma importancia demostrar una presencia internacional sustancial en Ucrania.
Si el motivo de la salida está motivado por el miedo al estallido de una nueva oleada de la guerra entre Rusia y Ucrania, también habría que cerrar las representaciones diplomáticas en Rusia.
¿No están esas representaciones igualmente amenazadas? Al fin y al cabo, Rusia es parte de este conflicto, que se teme que esté a punto de estallar.
El hecho de que los países hayan pedido a sus ciudadanos que abandonen Ucrania es un poco más comprensible, porque es importante hacer llegar el mensaje a todos los ciudadanos, incluidos los menos informados. Sin embargo, mi pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué se pide a los ciudadanos que se vayan sólo de Ucrania y no de Rusia?
Al final, el principal efecto de los actuales llamamientos a salir de Ucrania es debilitar los ánimos en Ucrania.
La situación se vuelve especialmente extraña cuando por la mañana el país X pide a sus ciudadanos que se vayan, y unas horas más tarde la aerolínea nacional del país X informa de que suspenderá todos los vuelos a Ucrania. ¿Cómo se supone que los ciudadanos van a salir entonces?
Con su demostración de fuerza en los últimos meses, Rusia ha conseguido, por desgracia, atraer a muchos líderes occidentales a Moscú. Casi cada dos días, un líder occidental se reúne allí con el presidente Vladimir Putin.
Aumento de la tensión
Pero, ¿por qué en Moscú? Estas reuniones deberían celebrarse en lugares neutrales. Celebrar las conversaciones en la capital rusa contribuye a aumentar los niveles de estrés de la sociedad ucraniana.
Por lo tanto, para reducir los niveles de estrés, es esencial la presencia continua y de alto nivel de las democracias en Kiev y otras partes de Ucrania.
Para las próximas semanas, los países occidentales deberían acordar juntos un calendario de visitas a Ucrania, con el fin de garantizar una presencia constante de alto nivel allí. Esto sería una verdadera muestra de solidaridad.
La presión de Rusia, además de los llamamientos de los países occidentales para que abandonen Ucrania, son también un gran golpe para la economía ucraniana.
La mejora de la capacidad de defensa ya es un gasto importante, y si además se detienen las inversiones y las empresas extranjeras empiezan a marcharse, las cosas se complican aún más. Tardará mucho tiempo en recuperarse.
El objetivo de Rusia es que Ucrania entre en su esfera de influencia. Quiere que Ucrania abandone su camino hacia la UE y la OTAN. Hasta ahora, Ucrania ha logrado resistir, a pesar de la enorme presión. Los países occidentales democráticos no deberían poner las cosas aún más difíciles a Ucrania.
Esto significa que debemos permanecer junto a los ucranianos apoyándolos de todas las maneras posibles. Sobre todo, debemos mantener una presencia diplomática fuerte y visible en Ucrania. En lugar de cerrar representaciones diplomáticas, deben abrirse otras nuevas, por ejemplo en la parte oriental del país.