La segunda convocatoria de la Misión sobre el Cáncer, lanzada en diciembre de 2021 y abierta hasta abril de 2022, también busca soluciones para la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
Una mejor calidad de vida suele ser una quimera para los pacientes de cáncer de páncreas. Este tipo de cáncer suele detectarse en una fase tardía, cuando ya ha progresado demasiado como para poder atajarlo.
Una persona a la que se le diagnostica un cáncer de páncreas puede esperar vivir como máximo un año más. Esta enfermedad tiene una tasa de supervivencia inferior a la de cualquier otro cáncer en Europa, ya que más del 95 por ciento de los pacientes mueren a causa de ella.
La tasa de mortalidad por cáncer de páncreas en Europa se ha duplicado. Más de 95.000 personas pierden la vida a causa del cáncer de páncreas cada año en Europa, y se espera que el número tanto de casos como de muertes aumente en un 40 por ciento para 2035.
A pesar de estos terribles datos, la financiación de la investigación sobre el cáncer de páncreas es escasa. Sólo representa el dos por ciento de la financiación total para el cáncer en Europa.
A diferencia de otros tipos de cáncer, no existen tratamientos inmunológicos para el cáncer de páncreas. Las únicas opciones son la quimioterapia -que es en gran medida ineficaz contra este tipo de cáncer- y la cirugía, que conlleva mayores riesgos debido a la composición biológica del páncreas.
Si, por casualidad, usted es uno de los llamados “afortunados” pacientes de cáncer de páncreas que se consideran aptos para la cirugía -sólo el 20 por ciento-, aún no está fuera de peligro.
El líquido que llena el páncreas -el llamado jugo pancreático- es extremadamente corrosivo. Los puntos de sutura quirúrgicos pueden ser erosionados por este jugo, permitiendo que el jugo se derrame en sus órganos y cause aún más daño.
Además, la tendencia de las células cancerosas del páncreas a viajar a través del sistema nervioso hace que el trabajo del cirujano sea increíblemente difícil.
Como las células del cáncer de páncreas se enredan en los nervios, a veces en cantidades microscópicas, es casi imposible que el cirujano las elimine todas con éxito, lo que significa que la probabilidad de recaída es alta.
Hay respuestas a este complejo problema. En el hospital Humanitas de Milán estamos explorando un amplio abanico de posibilidades.
Por ejemplo, la ictericia es uno de los síntomas más conocidos del cáncer de páncreas, y a menudo se presenta porque las células cancerosas del páncreas están presionando el conducto biliar. Se coloca un stent en el paciente para abrir el conducto biliar y aliviar la presión de las células cancerosas del páncreas, revirtiendo la ictericia.
El problema es que estos stents pueden desarrollar una micropelícula de bacterias, que pueden causar una infección del conducto biliar, lo que es peligroso para un paciente ya comprometido. Entonces, ¿cuánto tiempo tenemos antes de que el stent desarrolle una micropelícula peligrosa?
Hasta ahora, la respuesta ha variado de un paciente a otro, y el Hospital de Investigación Humanitas está utilizando big data e inteligencia artificial para determinar el tiempo óptimo para dejar un stent, así como el tipo de antibióticos que actúan mejor contra la bacteria del microfilm.
La inversión aumentará las probabilidades de supervivencia
También estamos investigando dos nuevos tipos de biomarcadores que podrían señalar el cáncer de páncreas en una fase mucho más temprana, facilitando así su tratamiento. El biomarcador más conocido actualmente para el cáncer de páncreas es el CA 19-9, pero aparece cuando el tumor ya se ha formado. Los dos posibles biomarcadores que está examinando Humanitas aparecerían mucho antes.
Junto con los ingenieros del Politécnico de Milán, el Hospital de Investigación Humanitas está desarrollando un tejido artificial lo más parecido posible al tejido del cáncer de páncreas.
La idea es que los cirujanos y los estudiantes puedan practicar las suturas en el tejido artificial, de modo que estén mejor preparados cuando se enfrenten a un páncreas lleno de jugo corrosivo en la mesa de operaciones. La cirugía pancreática presenta retos únicos que harán que esta herramienta sea muy valiosa para los cirujanos.
Aunque no hay soluciones rápidas y fáciles, la financiación de la investigación sobre el cáncer de páncreas debería ser una prioridad para la Unión Europea, especialmente cuando se lanza Mission Cancer y se pone en marcha el Plan Vencer al Cáncer.
La lucha contra el cáncer de páncreas es dura, pero merece mucho la pena. Hoy en día, un diagnóstico de cáncer de páncreas da al paciente medio menos de un año de vida. Esto no debería ser así. La inversión en vías de investigación innovadoras podría mejorar drásticamente esas probabilidades.
Tenemos la oportunidad, en el marco del Plan Europa Contra el Cáncer y de Mission Cancer, de centrarnos en una investigación innovadora, rompedora y disruptiva sobre el cáncer de páncreas que podría mejorar drásticamente las perspectivas de los pacientes. Debemosno perder esta oportunidad – el costo en pérdida de vidas será demasiado grande.