Polonia tiene un plazo hasta el martes (11 de enero) para explicar a la Comisión de la UE cómo piensa adaptar sus reformas judiciales internas a la orden del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) sobre cómo el gobierno de Varsovia disciplina a los jueces.
Están en juego decenas de millones de euros, después de que el máximo tribunal del bloque ordenara en octubre a Varsovia el pago de una multa de un millón de euros al día por no suspender la sala disciplinaria de su Tribunal Supremo, que según el tribunal con sede en Luxemburgo infringe la legislación de la UE.
El gobierno polaco ha dicho en varias ocasiones que abolirá la cámara, pero aún no ha presentado planes detallados.
La Comisión de la UE escribió a Polonia el 22 de diciembre para informarle de las medidas que el gobierno de Varsovia piensa tomar para cumplir la sentencia del tribunal del 14 de julio del año pasado.
“A falta de respuesta, la Comisión concluirá que Polonia ha decidido no ajustarse a la decisión del tribunal, en cuyo caso la Comisión procederá a enviar otra carta solicitando los pagos”, dijo el lunes un portavoz de la Comisión.
El pago se calcula a partir del 3 de noviembre del año pasado, fecha en la que se notificó oficialmente a Polonia, por lo que la suma asciende a unos 70 millones de euros en la actualidad.
La Comisión enviará “rápidamente” cartas de “requerimiento de pago”, si el incumplimiento continúa, dijo el portavoz Christian Wigand. La comisión puede decidir los plazos y la duración del procedimiento.
El ejecutivo de la UE también tiene la opción de compensar la sanción económica con la retención de fondos de la UE si Polonia se niega a pagar la multa. La Comisión dijo que los Estados miembros siempre han pagado sus multas.
La disputa es el último episodio de la crisis del Estado de Derecho entre la Comisión y el partido gobernante polaco Ley y Justicia (PiS), que llegó al poder en 2015.
Este tipo de ejecución de las “órdenes provisionales” de los tribunales por parte de la comisión solo ha ocurrido una vez antes.
En ese caso también estaba implicada Polonia, a la que el TJUE ordenó el pasado mes de septiembre que pagara una multa de 500.000 euros al día por no cumplir una sentencia de cierre de su mina de lignito de Turow, que según la República Checa está agotando las reservas de agua de la región fronteriza compartida.
El máximo tribunal de la UE emite órdenes provisionales si considera que el incumplimiento requiere medidas urgentes.
El máximo tribunal de la UE dictará una sentencia definitiva sobre la cámara disciplinaria de Polonia a finales de este año. La multa debida tras la medida cautelar seguirá aplicándose incluso después de la sentencia.
El ministro de Justicia polaco, Zbigniew Ziobro, declaró el domingo al diario Rzeczpospolita que la cámara no debe ser eliminada “por la aplicación de la sentencia” del TJCE, que, según él, “se ha excedido en sus competencias”.
Dijo que las exigencias de la Comisión se utilizan como “excusa” para que la UE no tenga que pagar a Polonia.
“Emitió ilegalmente una decisión para suspender una parte del órgano constitucional del Estado, que es el Tribunal Supremo”, dijo Ziobro, que dirige el socio de coalición euroescéptico de línea dura de PiS, el partido Polonia Unida.
En Varsovia, se han disparado los rumores de que el gobernante de facto del país, el líder del PiS y viceprimer ministro Jarosław Kaczyński, ha perdido la paciencia con Ziobro y quiere elecciones anticipadas antes de los comicios previstos para el otoño de 2023.
Dinero vinculado al Estado de Derecho
Otro plazo se cierne sobre Polonia y su aliado político en la UE, Hungría.
El 17 de noviembre, la Comisión Europea envió cartas a Budapest y Varsovia como paso previo al mecanismo de condicionalidad que vincula los fondos de la UE al respeto del Estado de Derecho.
Los dos países tenían dos meses para responder sobre los problemas judiciales y de corrupción.
Los fondos de recuperación de Covid-19 han quedado en suspenso para Polonia y Hungría: la Comisión no ha aprobado hasta ahora el plan de 36.000 millones de euros para Polonia ni el de 7.000 millones de euros para Hungría por las preocupaciones sobre el Estado de Derecho.