El primer ministro de Kosovo advierte de un nuevo conflicto con Serbia

El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, advirtió de un posible conflicto armado con Serbia, tras el aumento de las tensiones fronterizas con Belgrado en el último mes.

“No debemos excluir que estas políticas agresivas de Belgrado se conviertan también en un ataque contra Kosovo de una u otra manera”, dijo Kurti a Reuters en una entrevista el miércoles (10 de agosto).

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Pristina quiere que los serbios étnicos que viven en Kosovo utilicen las matrículas de los coches emitidas por Kosovo. Pero los mismos serbios no reconocen a Kosovo, lo que desencadena agravios heredados de la guerra de los años 90.

Las matrículas se emitirán en septiembre, después de que la Fuerza de la OTAN en Kosovo (Kfor) eliminara los controles de carretera establecidos por los serbios.

La Kfor había emitido a principios de este mes una declaración en la que afirmaba estar “preparada para intervenir si la estabilidad se ve amenazada”, dadas las tensiones en los municipios del norte de Kosovo.

Pero desde entonces se han producido disparos, dijo Kurti en un tuit durante el fin de semana.

“Es la segunda vez en menos de una semana que la Policía kosovar es atacada por bandas criminales en el norte de nuestro territorio”, dijo.

Kurti dijo que los tiroteos están siendo investigados, señalando que nadie había resultado herido.

Belgrado, respaldada por Rusia, mantiene que Kosovo sigue siendo legalmente parte de su territorio y ha expedido documentos de identidad serbios a los serbios de Kosovo. Mientras tanto, Serbia se niega a reconocer los documentos de identidad kosovares.

Kosovo declaró su independencia de Serbia hace 14 años y tiene unos 50.000 serbios étnicos concentrados en su norte.

Unos 100 países reconocen a Kosovo, entre ellos Estados Unidos, Alemania y Francia. Pero España, Eslovaquia, Chipre, Rumanía y Grecia no lo hacen.

La invasión rusa de Ucrania en febrero también ha aumentado desde entonces el temor a un posible conflicto en los Balcanes occidentales.

Esos temores están arraigados en la opinión de que una guerra en los Balcanes podría desestabilizar a la Unión Europea, haciendo el juego al presidente ruso Vladimir Putin.

A diferencia de Kosovo, Serbia no ha denunciado la guerra de Rusia y no apoya las sanciones contra el régimen ruso.

La UE está intensificando sus esfuerzos para mediar entre ambas partes y ha invitado al presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y a Kurti a Bruselas el 18 de agosto.

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