La lucha de la UE por el suministro de gas suscita preocupación por el clima

Los altos precios de la energía, los niveles récord de almacenamiento, los limitados flujos de gas ruso hacia Europa -y el riesgo de interrupciones del suministro- están impulsando a la UE a buscar fuentes de energía alternativas.

En lo que equivale a una búsqueda global, la UE está negociando posibles suministros de gas de emergencia con Noruega, Estados Unidos, Qatar y Azerbaiyán para responder a los ya elevados precios de la energía y a un posible armamento de los suministros por parte de Rusia en caso de conflicto en Ucrania.

Las prisas por abastecerse de más gas están redoblando la preocupación por encerrar a Europa en un futuro contaminante que suponga pérdidas en las inversiones, así como daños medioambientales.

Pero, por ahora, la preocupación por la seguridad energética es lo más importante.

Un factor clave que impulsa a los responsables políticos europeos a tomar medidas para encontrar más suministros de gas son los indicios de que el gigante energético estatal ruso Gazprom no está dispuesto a liberar más suministros a Europa.

“Hay cada vez más indicios de que el Kremlin sigue utilizando los suministros de gas como medio de presión política”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una conferencia organizada por los medios de comunicación alemanes el lunes (7 de febrero).

Es “extraño”, dijo, que Gazprom no haya mostrado ningún interés en aumentar el suministro de gas a Europa, a pesar de los precios récord y la considerable demanda.

Rusia es el mayor proveedor de gas de la UE, ya que suministra alrededor del 40% de las necesidades de la UE.

Mientras tanto, el lunes, altos funcionarios de la UE visitaron Estados Unidos para discutir la posibilidad de aumentar los suministros de gas natural licuado (GNL) a Europa.

En una declaración conjunta, EE.UU. y la UE dijeron que están trabajando con socios internacionales para evitar “choques de suministro” como los que podrían resultar de una nueva incursión rusa en Ucrania.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se comprometió a proteger el suministro energético de la UE si Rusia reduce aún más los flujos de gas hacia el bloque.

“Cuando Rusia interrumpió el suministro de gas por una disputa con Ucrania en 2009, la gente murió de frío”, dijo Blinken en una conferencia de prensa el lunes. “Y cuando el suministro de energía falla, las economías se tambalean”, dijo Blinken, hablando junto al jefe de la política exterior de la UE, Josep Borell.

“Estamos decididos a evitar que eso ocurra y a mitigar el impacto en el suministro de energía y en los precios en caso de que Rusia decida cortar el suministro de gas natural a Europa más de lo que ya lo ha hecho”, añadió.

Por su parte, el comisario de Energía de la UE, Kadri Simson, también ha mantenido conversaciones con Azerbaiyán y Qatar para aumentar los suministros a Europa.

Azerbaiyán se ha mostrado dispuesto a apoyar a la UE a corto plazo en caso de interrupción de los flujos de gas, dijo un portavoz de la Comisión.

La capacidad del gasoducto transadriático, que conecta Azerbaiyán con Europa, podría duplicarse en un futuro próximo, según fuentes de la UE.

Asimismo, las conversaciones con Qatar se centran en aumentar el suministro de GNL a la UE.

Pero impulsar la producción y las exportaciones de gas a corto plazo tiene sus propios retos.

Simone Tagliapietra, del grupo de reflexión Bruegel, explicó que el suministro de gas ruso a Europa no puede ser sustituido por ningún país, porque la capacidad de producción mundial de gas está determinada en su mayor parte por los contratos existentes.

“Qatar y Estados Unidos podrían sin duda aumentar las exportaciones a la UE, pero esto por sí solo no bastaría para sustituir los volúmenes de gas ruso”, declaró a novedades24.

Y con la inclusión del gas por parte de la Comisión en sus normas de taxonomía de la UE para actividades sostenibles, no hace sino aumentar la preocupación de los grupos ecologistas por la continua dependencia de Europa de los combustibles fósiles.

Por su parte, Tara Connolly, activista de la ONG Global Witness, dijo que más importaciones de gas de terceros países encerrarían a Europa en “un futuro atado a una fuente de energía que está alimentando el colapso climático y empujando a millones de personas a la pobreza energética”.

“Es una pena que la UE no aprendiera la lección y empezara a eliminar el gas fósil cuando Rusia invadió Ucrania [and annexed Crimea] en 2014”, dijo Connolly.

Read Previous

Austria impugna la reclamación francesa sobre el acuerdo migratorio

Read Next

El presidente polaco apuesta por la “unidad” de la UE ante la amenaza rusa