La UE está preparando una novena ronda de sanciones a Rusia, además de sopesar medidas conexas contra Irán, aliado de Moscú, tras los ataques con drones a objetivos civiles en Ucrania.
“Hemos aprobado, hace pocos días, un nuevo conjunto de sanciones [on Russia], pero es un proceso en curso y seguimos trabajando [on the next round], declaró el lunes (17 de octubre) el responsable de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell.
Los diplomáticos también estaban reuniendo pruebas sobre si Irán suministró los aviones no tripulados kamikaze utilizados en los últimos ataques de Rusia, a pesar de que Irán lo niega, con vistas a nuevas sanciones contra Teherán en el futuro, añadió.
Borrell habló tras reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, que escucharon al ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, hablando por videoconferencia desde Kiev.
“Fue la primera vez que nos comunicamos con un ministro desde un refugio antibombas mientras Rusia continuaba sus ataques sobre Kiev”, dijo.
Kuleba “denunció el uso de este tipo de armas [drones]” y los servicios de inteligencia ucranianos estaban “absolutamente convencidos” de la participación de Irán, señaló Borrell.
Pero el ministro de Asuntos Exteriores iraní había prometido “personalmente” en llamadas telefónicas con Borrell que su país no había suministrado las armas.
“Estamos reuniendo pruebas y estaremos preparados para reaccionar con las herramientas de que disponemos [sanctions],” si se demuestra que Kuleba tiene razón, prometió Borrell.
La octava ronda de sanciones a Rusia se dirigió a sus industrias petrolera, siderúrgica y forestal, y a los propagandistas rusos.
Pero las exportaciones rusas de diamantes y gas licuado, por ejemplo, permanecieron intactas, en posibles opciones futuras.
La oficina de Borrell también estaba estudiando la posibilidad de incluir en una lista negra a personas no rusas que ayudaran al Kremlin a eludir las medidas de la UE, según las fuentes.
Los ministros de la UE acordaron el martes comprar otros 500 millones de euros en armas para Ucrania con cargo a un fondo común y entrenar a 15.000 soldados ucranianos en territorio de la UE en los próximos dos años.
Hungría, el país de la UE más favorable a Rusia, dijo que no participaría en la misión de entrenamiento militar, en lo que Borrell calificó de “abstención constructiva”. Budapest también ha intensificado las críticas a las sanciones de la UE en los últimos días.
Pero Borrell dijo que no esperaba que vetara ninguna de las próximas medidas.
“Hungría nunca ha obstaculizado o impedido nuestra [sanctions] decisiones”, dijo.
“Las sanciones están teniendo un impacto en el tiempo. Empiezan a hacer mella”, añadió, citando un informe interno de la Comisión de la UE sobre la decadencia de la economía rusa.
“[Russian president Vladimir] Putin está perdiendo, perdiendo militar y moralmente”, dijo Borrell.
Protestas por el pañuelo en la cabeza
Ese mismo día, la UE incluyó en su lista negra a 11 personas iraníes, entre ellas Issa Zarepour, ministro iraní de Información, y a cuatro entidades iraníes implicadas en la represión de los manifestantes tras la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, que había sido golpeada por no llevar el velo islámico.
La UE lo hizo a pesar de intentar que Irán se adhiriera al mismo tiempo a un nuevo acuerdo de no proliferación nuclear y en medio de las peticiones de medidas más duras por parte de los manifestantes iraníes ante el edificio del Consejo de la UE en Luxemburgo el martes.
Pero Borrell dijo a la prensa: “Les aseguro que al gobierno de Irán no le va a gustar esto [the Amini-linked blacklist] por el mensaje político que envía”.
Aparte de su misión de entrenamiento militar en Ucrania, Borrell anunció que la UE iba a enviar 40 expertos al lado armenio de la frontera con Azerbaiyán para ayudar a supervisar el frágil alto el fuego entre los dos antiguos estados soviéticos.
Un primer equipo “ya está en marcha” y el resto se desplegará en las próximas “semanas”, dijo.
La medida representa un nuevo giro en las relaciones de Armenia con Europa, después de que Putin bloqueara hace siete años los planes de Ereván de firmar un acuerdo de asociación con la UE al estilo de Ucrania, para mantener su influencia en lo que Rusia llama su “vecindad”.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE también hablaron de reducir la dependencia tecnológica y económica de China en el futuro, señaló Borrell, para evitar el tipo de “vulnerabilidad” en la que se había metido Europa con las exportaciones energéticas rusas.
China se estaba convirtiendo más en un “competidor” que en un “socio”, dijo Borrell.
“Hemos analizado la actitud del presidente Xi [Jinping] discurso [at the Chinese Communist Party’s conference last weekend], que fue una declaración muy fuerte sobre su deseo de tener más influencia en todo el mundo”, dijo Borrell.
Jardín y selva
Borrell, en su propio discurso de la semana pasada en la nueva Academia Diplomática Europea de Brujas (Bélgica), hizo una fuerte declaración en la que calificó a Europa de “jardín” dela democracia y la prosperidad, mientras decía que el resto del mundo era una “jungla”.
Sus palabras provocaron una indignación generalizada, y los EAU, por ejemplo, convocaron el lunes al embajador en funciones de la UE en los Emiratos para quejarse de su lenguaje “inapropiado y discriminatorio”.
Pero Borrell, en su conferencia de prensa en Luxemburgo, negó que sus comentarios fueran racistas o colonialistas. Por el contrario, su intención era hacer que los europeos se sintieran “orgullosos” de lo que habían conseguido en su país desde la Segunda Guerra Mundial, dijo.