La UE se suma a la carrera de los semiconductores con un plan de 43.000 millones de euros

La Comisión Europea desveló el martes (8 de febrero) su plan de varios miles de millones de euros para impulsar la producción europea de semiconductores, una respuesta tanto a las preocupaciones económicas como geopolíticas en medio de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

“Garantizar el suministro de los chips más avanzados se ha convertido en una prioridad económica y geopolítica”, declaró en rueda de prensa el Comisario de Mercado Interior de la UE, Thierry Breton.

“Europa no puede quedarse fuera de esta carrera tecnológica”, añadió.

Breton dijo que Europa necesita una gran inversión en la próxima generación de semiconductores para reducir la dependencia de terceros países y mantener en funcionamiento las cadenas de suministro mundiales en tiempos de crisis.

La propuesta suscitó cierto escepticismo, sobre todo porque las nuevas normas de subvención obligarían a los fabricantes establecidos en la UE a priorizar los pedidos a los sectores europeos en caso de crisis.

La escasez mundial de semiconductores ha afectado al sector del automóvil en Europa, obligando a las fábricas a reducir su producción en algunos Estados miembros. También ha influido en el aumento de la inflación.

En la actualidad, la UE está muy por detrás de Asia en lo que supone un mercado muy concentrado, caracterizado por una capacidad de fabricación limitada y una fuerte interdependencia en el diseño, el embalaje y el montaje de los chips.

Ahora el bloque quiere movilizar 43.000 millones de euros de inversión pública y privada para volver a situar a la UE en la vanguardia de la próxima generación de tecnología digital. Pero hay otras preocupaciones: concretamente, que el nivel de inversión propuesto es comparativamente bajo en comparación con Estados Unidos, China y Corea del Sur.

“Sería inútil pensar que en Europa podemos hacerlo todo solos… pero hay que enderezar el equilibrio de fuerzas para que todo el mundo pueda participar”, dijo Breton.

La llamada Ley Europea de Chips pretende producir el 20% de los chips del mundo en 2030, cuadruplicando la capacidad de fabricación actual.

Los semiconductores, también denominados microchips, se encuentran en todo tipo de dispositivos electrónicos, desde ordenadores, equipos médicos, aplicaciones para automóviles, hasta maquinaria industrial o inteligencia artificial.

Pero su producción puede ser muy compleja y costosa.

Sin una rápida inversión, se estima que la cuota de mercado de Europa caerá a menos del cinco por ciento, poniendo en riesgo la autonomía estratégica de Europa y la seguridad del suministro.

La inversión en instalaciones avanzadas requerirá probablemente un importante apoyo público.

Margrethe Vestager, Comisaria de Competencia de la UE y responsable del área digital, dijo que cubrir hasta el 100% de un déficit de financiación probado con dinero público estaría justificado dada la importancia estratégica de la producción de chips para la competitividad de la UE a largo plazo.

Estas decisiones se evaluarían caso por caso y serían aprobadas finalmente por la Comisión.

El aumento de las subvenciones haría a Europa mucho más atractiva para las empresas europeas y extranjeras, según el economista Heiner Röhl, del Instituto Económico Alemán.

“Es imposible avanzar sin subvenciones”, dijo Röhl.

Hay una razón estratégica para que las empresas diversifiquen sus cadenas de suministro en caso de conflicto entre EE.UU. y China, dijo.

Estas subvenciones, sin embargo, vendrían acompañadas de condiciones.

En su propuesta del martes, la Comisión también presentó una serie de medidas que obligarían a las empresas a informar sobre los suministros de producción, e incluso a priorizar los pedidos para sectores críticos en Europa en caso de crisis.

Otras posibilidades son la introducción de controles a la exportación, según la Comisión.

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