Kosovo ha aplazado las nuevas normas fronterizas con Serbia tras un nuevo estallido de violencia étnica.
Las autoridades kosovares declararon que el domingo (31 de julio) se produjeron disparos “en dirección a las unidades de policía, pero afortunadamente no hubo heridos”.
Los manifestantes serbios en Mitrovica Norte, una ciudad de mayoría serbia dentro de Kosovo, también golpearon a los albaneses y atacaron los coches, añadió la policía de Kosovo. Y bloquearon el acceso a los pasos fronterizos de Jarinje y Bernjak aparcando camiones llenos de grava en las carreteras.
Los sucesos fueron una repetición de lo ocurrido el pasado otoño, cuando Kosovo movilizó a la policía especial y Serbia voló con aviones de guerra cerca de la frontera en una disputa sobre las matrículas.
Y mostraron la rapidez con la que la violencia puede intensificarse en la región a pesar de más de dos décadas de construcción de la paz por parte de la UE y Estados Unidos.
“La situación general de seguridad en los municipios del norte de Kosovo es tensa”, dijo la Kfor, una misión de mantenimiento de la paz dirigida por la OTAN en Kosovo, en un comunicado el domingo.
Y los soldados de la OTAN estaban “preparados para intervenir si se pone en peligro la estabilidad”, añadió.
El presidente serbio Aleksandar Vučić fue uno de los “principales responsables de los disturbios”, dijo también el primer ministro de Kosovo, Albi Kurti, quien acusó a su vecino de atizar la inestabilidad.
“Nunca hemos estado en una situación más compleja que hoy”, dijo Vučić.
Al igual que el año pasado, la violencia del domingo estalló después de que Kurti dijera que los serbios kosovares debían utilizar permisos de conducir kosovares y documentos de identidad kosovares al cruzar a Kosovo desde Serbia, en reconocimiento de la soberanía de Kosovo.
Las medidas debían entrar en vigor el 1 de agosto, pero ahora lo harán el 1 de septiembre, dijo Kurti.
El responsable de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, celebró el retraso. “Esperamos que se eliminen inmediatamente todos los obstáculos”, dijo el domingo.
También instó a Vučić y Kurti a resolver el asunto en las conversaciones en curso mediadas por la UE.
Kosovo declaró su independencia en 2008, pero ha avanzado poco en la ampliación de la UE, entre otras cosas porque cinco Estados de la UE, además de Serbia, no reconocen su soberanía.
Serbia se encuentra en medio de las conversaciones de adhesión a la UE, pero mantiene estrechos vínculos con Moscú: se ha negado a igualar las sanciones occidentales a Rusia, mientras que ha almacenado armas rusas en los últimos años.
También ha empezado a retroceder en cuanto a la libertad de los medios de comunicación y las libertades civiles bajo el mandato de Vučić, señalan los informes sobre la ampliación de la UE.
Y por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia echó queroseno al fuego el domingo al afirmar que a los serbios étnicos se les negaban sus derechos en Kosovo.
“Tal desarrollo de los acontecimientos es una prueba más del fracaso de la misión de mediación de la Unión Europea”, dijo la portavoz rusa Maria Zakharova, que está en una lista negra de la UE por difundir propaganda.
“Este es también un ejemplo del lugar que se le ha preparado a Serbia en la Unión Europea al ofrecer a Belgrado soportar de facto la falta de derechos de sus compatriotas [inside Kosovo], dijo.