Los eurodiputados preguntaron el lunes (7 de febrero) a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, sobre cómo piensa proteger a los europeos de la subida de los precios del consumo y la energía.
La inflación en la eurozona subió un 5,1 por ciento en enero, una cifra récord que supera las previsiones del BCE.
La subida de los precios se come los ahorros y aumenta el coste de la vida, y los bancos centrales se han visto presionados para tomar medidas.
El Banco de Inglaterra ya ha subido los tipos de interés, pero Lagarde pospuso la semana pasada una decisión hasta la próxima revisión de la política monetaria en marzo.
El conservador holandés Michiel Hoogeveen dijo que “los gobiernos viven demasiado bien”. Presionó a Lagarde para que aumentara el coste de los préstamos con el fin de infundir disciplina presupuestaria, en una muestra de las presiones para que actúe.
Mientras tanto, algunos eurodiputados de los verdes y los socialistas se mostraron preocupados por un endurecimiento prematuro de la política monetaria, advirtiendo de que unos tipos de interés más altos podrían dañar la recuperación económica.
“Aumentar los costes de los préstamos, es lo contrario de lo que necesitamos”, dijo Henrike Hahn, eurodiputada verde alemana. “Esto sólo ralentiza el crecimiento económico y provoca desempleo”, dijo.
Subrayando una amenaza para el empleo, un gigante de la inversión mundial, BlackRock, publicó en enero un documento en el que estimaba que el desempleo en la UE sería un 10% mayor si el BCE decidía subir los tipos con el objetivo de limitar la inflación al 2%.
El Banco de Inglaterra ha calculado que para lograr una tasa de inflación del 2,1 por ciento en lugar de una tasa habitual del 2,6 por ciento durante los próximos dos años, 340.000 personas perderían su empleo en Gran Bretaña.
El eurodiputado holandés de Los Verdes, Bas Eickhout, preguntó a Lagarde si las próximas subidas de tipos del BCE provocarían un aumento de los costes de los préstamos que podría perjudicar el crecimiento y la inversión, especialmente en el sur de Europa.
Pero Lagarde se negó a entrar en detalles, dejando a Eickhout insatisfecho.
“El hecho de que no haya querido responder a cómo piensa evitar el aumento de los costes de los préstamos… significa que tendremos que confiar en que hagan lo correcto”, dijo Eickhout a novedades24. “Eso me preocupa”, dijo.
Al describir su decisión de mantener los tipos la semana pasada, Lagarde dijo que una subida no era la mejor solución para reducir la inflación, ya que ésta se debe principalmente a la escasez de materiales, la disponibilidad de contenedores y el aumento de los precios de la energía en la eurozona.
“Los altos precios de la energía causan al menos el 50 por ciento de la inflación actual. [But] no corresponde al BCE determinar el precio del petróleo”, dijo.