Más de 11.000 inmigrantes ilegales han entrado en Alemania este año tras pasar por Polonia desde Bielorrusia, según informó la policía alemana el 27 de diciembre.
La UE acusa al régimen del hombre fuerte de Bielorrusia, Alyaksandr Lukashenka, de canalizar a los inmigrantes, en su mayoría de Oriente Medio, hacia las fronteras de Polonia y de Letonia y Lituania, también miembros de la UE, como parte de un “ataque híbrido” para responder a las sanciones occidentales.
La mayoría de los inmigrantes ilegales pretenden llegar a Alemania, que ha intensificado los controles policiales a lo largo de la frontera sin pasaporte con Polonia en los últimos meses.
La policía federal alemana dijo en un comunicado que se habían producido 11.162 entradas ilegales “con conexión a Bielorrusia” este año, y que más del 95 por ciento de esos casos se produjeron entre agosto y noviembre.
La policía dijo que hay una tendencia a la baja en los cruces ilegales de la frontera, con 470 casos en diciembre en comparación con más de 8.000 en octubre y noviembre juntos.
Según la legislación alemana, los inmigrantes que solicitan asilo pueden permanecer en el país mientras se tramita su solicitud de protección.
El descenso de los cruces de inmigrantes en diciembre puede reflejar un cambio de política en Bielorrusia después de que el régimen de Lukashenka recibiera un quinto paquete de sanciones de la UE que también presionó a terceros países para que detuvieran los flujos de inmigrantes.
Las autoridades bielorrusas han desalojado los campamentos improvisados de migrantes en la frontera y han trasladado a unas 2.000 personas a un almacén convertido en refugio. Varios miles de iraquíes también han regresado a su país en vuelos de repatriación, en medio de informes de que sufrieron violencia o amenazas y de las horribles condiciones de los campamentos fronterizos.
Polonia también ha tomado medidas en respuesta a la crisis de los inmigrantes, como la construcción de una valla de alambre de espino y el despliegue de miles de soldados a lo largo de sus 400 kilómetros de frontera con Bielorrusia. En algunos casos, se ha acusado a Varsovia de hacer retroceder a los migrantes hacia Bielorrusia, en una política criticada por los grupos de derechos humanos.
La UE, Estados Unidos y sus socios ampliaron por primera vez las sanciones a Bielorrusia después de que Lukashenka reprimiera el movimiento prodemocrático del país tras las disputadas elecciones presidenciales de agosto de 2020.