Polonia y la República Checa han zanjado este jueves (4 de febrero) su disputa sobre el impacto medioambiental de una mina de carbón cercana a la frontera checa.
El gobierno polaco aceptó pagar al gobierno checo 45 millones de euros a cambio de retirar la demanda presentada por Praga contra Varsovia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Según el acuerdo, 35 millones de euros se destinarán a analizar y controlar los efectos de la mina, mientras que el grupo energético estatal polaco (PGE) pagará 10 millones de euros directamente a la región afectada.
El acuerdo también incluye la construcción y prueba de un muro subterráneo para proteger a los pueblos checos de los efectos de la mina.
Sin embargo, la sociedad civil local y los grupos ecologistas criticaron la aceptación del acuerdo por parte de Praga, alegando que existe el riesgo de que no se solucionen todos los problemas de suministro de agua subterránea en torno a la mina, en Turów.
“Es una pena que el gobierno checo no esté preparado para defender los derechos de sus ciudadanos”, dijo Zala Primc, del grupo de campaña medioambiental Europe Beyond Coal.
En la sensibilidad de los problemas en torno a Turów subyace la continua dependencia de Polonia del carbón. El operador de la mina, PGE, afirma que la central eléctrica suministrada por la mina proporciona alrededor del cinco por ciento de la energía de Polonia y abastece a unos 2,3 millones de hogares.
Praga presentó la denuncia ante el tribunal europeo contra Polonia por prolongar la vida de la mina de carbón a cielo abierto. El gobierno checo exigió el cierre inmediato de la mina porque las comunidades cercanas sufrían problemas de abastecimiento de agua.
La noticia del acuerdo se produjo unas horas después de que un asesor del tribunal europeo emitiera un dictamen sobre el caso en el que afirmaba que Polonia había violado la legislación de la UE al ampliar la vida útil de la mina de carbón hasta 2026 sin llevar a cabo una evaluación del impacto ambiental.
“Las actividades mineras que se desarrollan en una superficie similar a la de la mina de Turów presentan, por su naturaleza, un riesgo de efectos ambientales notables y deben someterse necesariamente a una evaluación de sus efectos ambientales”, escribió uno de los abogados generales del tribunal.
Las opiniones de los abogados generales no son definitivas, pero el tribunal las sigue en la mayoría de los casos.
La saga de la mina ha pasado por diferentes fases.
En septiembre, el máximo tribunal de la UE condenó a Polonia a pagar una multa de 500.000 euros al día por no suspender temporalmente las actividades de extracción de la mina de Turów. Esa orden fue el resultado de las medidas provisionales impuestas por los jueces de la UE debido a la urgencia medioambiental.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, había dicho que el cierre de la mina costaría cientos de puestos de trabajo y provocaría la interrupción de la energía doméstica, y Varsovia se ha negado a pagar las sanciones.
La Comisión Europea está preparando la retención de unos 15 millones de euros en pagos presupuestarios a Polonia y deducirá más si Polonia sigue incumpliendo los plazos de pago.
Teniendo en cuenta el periodo total de incumplimiento, Polonia podría enfrentarse a sanciones de hasta 68 millones de euros, según las estimaciones de Europe Beyond Coal.
El gobierno polaco quiere mantener Turów abierta hasta 2044, poniendo en riesgo los fondos de la UE para compensar las políticas climáticas a la región carbonífera de Bogatynia.
En 2020, había 166 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento en más de la mitad de los países de la UE. A pesar de su fuerte descenso en toda Europa, sigue representando el 15 por ciento del consumo de energía en el bloque de 27 países.
Las centrales de carbón más contaminantes de la UE están en Polonia y Alemania.
La central de carbón polaca de Bełchatów es el mayor emisor de carbono de Europa, y el gobierno se ha comprometido a cerrarla antes de 2036.