El gobierno ruso ha ampliado un decreto para permitir que una empresa farmacéutica nacional produzca una versión genérica del medicamento COVID-19 de una empresa biotecnológica estadounidense sin consentimiento.
El gobierno aprobó el 30 de diciembre la prórroga por un año de un decreto emitido originalmente el año pasado para conceder a la farmacéutica rusa Pharmasyntez permiso para producir y vender el medicamento antiviral remdesivir, alegando la necesidad de proteger a sus ciudadanos.
Pharmasyntez pidió al Kremlin que le permitiera producir una versión genérica de remdesivir en noviembre de 2020 sin el consentimiento de Gilead Sciences, que tiene la patente. Rusia concedió la licencia un mes después. La empresa estadounidense presentó una demanda para impugnar la decisión, pero el Tribunal Supremo de Rusia rechazó en mayo su reclamación.
El decreto gubernamental publicado el 30 de diciembre también decía que Pharmasyntez debía pagar una indemnización al titular de la patente del medicamento, pero no especificaba una cantidad.
Gilead Sciences no respondió a un correo electrónico de RFE/RL solicitando comentarios sobre la decisión.
Remdesivir, desarrollado originalmente para tratar la hepatitis C, ha sido aprobado en los Estados Unidos y en docenas de países para ayudar a tratar el COVID-19.
Sin embargo, un panel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó su uso en noviembre de 2020. La OMS citó un estudio que mostraba que “parecía tener poco o ningún efecto sobre la mortalidad a los 28 días o la evolución intrahospitalaria de la COVID-19 entre los pacientes hospitalizados.”
Gilead argumentó ante el tribunal que había expresado en repetidas ocasiones su capacidad para suministrar el medicamento a Rusia y que el decreto del gobierno se emitió sólo para ahorrar dinero.
Pharmasyntez ha registrado Remdeform por un precio máximo de 7.400 rublos (100 dólares), mientras que Gilead había ofrecido una tarifa casi cuatro veces superior.
El gobierno impugnó ante el tribunal que no tenía otra opción que emitir la licencia obligatoria para agilizar el tratamiento con COVID-19 y que en ese momento Gilead no había enviado una solicitud para reducir el coste del medicamento de acuerdo con las leyes sobre los precios máximos de venta de los medicamentos vitales y esenciales.
El Servicio Federal Antimonopolio también argumentó que Gilead discriminaba a Rusia al permitir que su medicamento fuera producido por siete fabricantes de otros países a precios de venta inferiores a 100 dólares.
Antes de pedir permiso al gobierno, Pharmasynthez había solicitado a Gilead permiso para producir el medicamento, pero se lo negaron.
Con información de Reuters