Nota del editor: Cada semana, Abby Freireich y Brian Platzer han respondido preguntas de los padres sobre la educación de sus hijos. Este es el último artículo de la serie “Homeroom”.
Queridos Abby y Brian,
Este año ha sido muy duro emocionalmente, pero ahora que están aquí unas vacaciones de verano muy necesarias, estoy empezando a preocuparme por lo académico. ¿Cómo evitamos un deslizamiento de verano?
Gracias por todo,
Zoe
Brooklyn, Nueva York
Querida Zoe,
Después de un año lleno de interrupciones, muchos padres están preocupados por cómo prevenir la “tobogán de verano”—Una disminución significativa en las habilidades de lectura y matemáticas durante las vacaciones de verano, un fenómeno que golpea particularmente fuerte a los niños pobres. El tobogán de verano es un problema real, y no queremos disminuirlo, pero especialmente después del año que acabamos de pasar, los niños merecen la oportunidad de divertirse, correr afuera con amigos y relajarse. Ahora es el momento, en la medida de lo posible, de dejar que los niños sientan la menor ansiedad posible. Se lo han ganado. Todos tenemos.
La diversión debe ser la prioridad, pero eso no significa que debas evitar el refuerzo académico por completo. Dedique algo de tiempo a la alfabetización y las matemáticas, convirtiéndolos en una parte habitual de su rutina diaria. Con mucho, el mejor movimiento que puede hacer para reducir la pérdida de aprendizaje es crear un entorno en el que su hijo lea durante 20 a 30 minutos todos los días y que incorpore la práctica habitual de matemáticas. Con la lectura, querrá hacerlo lo más interactivo posible, participando en discusiones sobre el texto para que su hijo pueda practicar la comprensión y hacer inferencias. Cuando se trata de matemáticas, intente conectar conceptos con la vida real, ya sea que sus hijos estén calculando proporciones al hacer limonada o estimando cuántas bolas de arena podrían llenar un balde o una caja de arena.
Y como en todo lo académico, cuanto más activo sea el aprendizaje, mejor, y una cosa que realmente puede ayudar a los estudiantes, tanto con sus habilidades lingüísticas como con su procesamiento emocional, es llevar un diario. Hágalo divertido: sugiera que sus hijos reaccionen a lo que están leyendo o lo que sucede en la vida real. Mantenlo creativo o dar algunas indicaciones. Un diario puede ser un espacio seguro para registrar pensamientos, una serie de reseñas de libros o televisión, una historia de aventuras, cualquier cosa, siempre que mantenga al niño en la práctica de juntar palabras para formar oraciones.
El próximo año escolar requerirá ponerse al día un poco, pase lo que pase. Pero que ponerse al día no será solo académico: también significará restablecer amistades, acostumbrarse a un viaje diario y encontrar un nuevo ritmo académico. Por lo tanto, ayude a su hijo a evitar un deslizamiento de verano, fortaleciendo no solo sus habilidades académicas, sino también su bienestar emocional.