Alfonso Esteban 
Con la subida de los precios del gas, en toda Europa aumentan los llamamientos para que la Unión Europea imponga un tope de precios para controlar el coste de la vida y salvaguardar la economía en general.
Los precios del gas holandés de referencia alcanzaron brevemente los 345 euros por megavatio-hora el lunes, 20 veces el precio del mismo contrato hace un año.
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Pero no esperes una respuesta colectiva.
Las posiciones de los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE fueron un revoltijo el jueves, cuando se reunieron en una cumbre informal en Versalles (Francia).
Francia, país anfitrión de la cumbre que ostenta la presidencia de turno de la UE, puso en marcha en octubre un tope nacional al precio del gas para proteger a las empresas y los ciudadanos franceses.
“Debe haber un tope, un techo europeo, para los precios del gas al por mayor”, declaró el jueves el Primer Ministro belga, Alexander de Croo, al diario belga De Standaard.
Un tope establecería un límite superior de precios en los mercados de futuros del gas, impidiendo que los precios suban por encima de un determinado techo.
“Suena bien, pero no apoyamos ese tope de precios”, fue la contundente valoración del primer ministro holandés, Mark Rutte.
Rutte dijo que un tope de precios para el gas obstaculizaría la inversión en alternativas.
“Si tomamos como ejemplo el GNL, el gas licuado que realmente necesitamos de Estados Unidos y otras partes del mundo, haría poco atractiva su exportación a Europa”, dijo.
