Las conversaciones para reactivar el histórico acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales se han reanudado en Viena, y Teherán afirma que las negociaciones deben centrarse en el levantamiento de las sanciones impuestas a la república islámica y en las “garantías” de que Washington volverá al redil.
“La octava ronda de las conversaciones de Viena acaba de comenzar”, escribió en Twitter Alain Matton, portavoz de la Unión Europea, que preside las discusiones.
La séptima ronda de conversaciones, la primera bajo el nuevo presidente iraní de línea dura, Ebrahim Raisi, terminó el 17 de diciembre después de que Teherán añadiera algunas nuevas demandas a un texto de trabajo.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, dijo antes de la reanudación que en la agenda debía figurar “la cuestión de las garantías y la verificación” sobre el levantamiento de las sanciones estadounidenses si Washington volvía al acuerdo.
“La cuestión más importante para nosotros es llegar a un punto en el que, en primer lugar, el petróleo iraní pueda venderse fácilmente y sin obstáculos”, dijeron los medios de comunicación iraníes citando a Amir-Abdollahian en Teherán el 27 de diciembre antes de la reanudación de las negociaciones en Viena. “El dinero del petróleo [sales] debe ser depositado como moneda extranjera en los bancos iraníes, para que podamos disfrutar de todos los beneficios económicos estipulados en el Plan de Acción Integral Conjunto.”
El JCPOA limitó el programa nuclear de Irán a cambio de un alivio de las sanciones, pero estas se volvieron a imponer después de que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retirara del acuerdo en 2018. Teherán, que afirma que el programa nuclear del país es solo para fines civiles, reaccionó aumentando gradualmente el programa y enriqueciendo uranio mucho más allá de los umbrales permitidos en el acuerdo.
Los diplomáticos de las partes que siguen en el acuerdo -China, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Rusia- están participando en las conversaciones directas con Irán. Estados Unidos ha participado indirectamente.
Irán se niega a reunirse directamente con funcionarios estadounidenses, y los demás participantes se mueven entre ambas partes. Washington ha expresado repetidamente su frustración por este formato, diciendo que ralentiza el proceso, y los funcionarios occidentales siguen sospechando que Irán simplemente está ganando tiempo.
Los diplomáticos de los tres países europeos implicados dijeron tras la suspensión de las conversaciones hace 10 días que los negociadores estaban “llegando rápidamente al final del camino”. Han expresado su frustración por las nuevas exigencias de Teherán en las últimas semanas, pero señalaron “algunos avances técnicos” hasta ahora.
Un comunicado de la UE dijo que los participantes “continuarán las discusiones sobre la perspectiva de un posible regreso de [deal] y cómo garantizar la aplicación plena y efectiva del acuerdo por todas las partes”.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo la semana pasada que los actuales esfuerzos diplomáticos destinados a reactivar el acuerdo podrían agotarse en “semanas”, mientras que el enviado especial de Estados Unidos para Irán, Robert Malley, advirtió de un “periodo de crisis creciente” si la diplomacia no lograba restablecer el acuerdo.
Con información de Reuters y AFP