Eugenia Duran 
El autoritario presidente de Turkmenistán ha pedido que se ponga fin a uno de los lugares más emblemáticos del país: un pozo de gas natural en llamas en el desierto conocido como las Puertas del Infierno.
El cráter de la aldea de Darvaza, situada a unos 260 kilómetros al norte de la capital, Ashgabat, lleva décadas ardiendo y es un espectáculo popular para los pocos turistas que visitan este país fuertemente controlado y aislado.
Se cree que el cráter de 70 metros de ancho se creó en un accidente de perforación de gas en 1971, cuando Turkmenistán formaba parte de la Unión Soviética. Para evitar la fuga de gas natural, los geólogos le prendieron fuego, y ha estado ardiendo desde entonces.
Ahora, el presidente Gurbanguly Berdymukhamedov ha ordenado a su gobierno que busque la manera de apagar el fuego por su impacto negativo en el medio ambiente y en la salud de los habitantes del pueblo, de unas 350 personas, según informaron los medios de comunicación estatales tras una reunión del gabinete el 7 de enero.
Turkmenistán cuenta con las quintas mayores reservas de gas natural del mundo, pero la vida de la mayoría de los 6 millones de habitantes del país sigue siendo difícil.
Berdymukhammedov ha gobernado su país con mano de hierro, tolerando poca disidencia y aislándolo del mundo exterior en medio de una crisis económica que ha sumido a muchos ciudadanos en la pobreza. La escasez de productos básicos y alimentos es habitual.
Según un 2021 en Bloomberg, el envejecido sector energético de Turkmenistán, controlado por el Estado, es uno de los peores emisores del mundo del gas de efecto invernadero metano, principal componente del gas natural.
El metano es 80 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero que calienta el planeta, por lo que el control de las fugas de los yacimientos y las tuberías es clave para combatir el cambio climático.
Según la empresa de monitoreo Kayrros SAS, Turkmenistán representó 31 de las 50 emisiones de metano más intensas del mundo en las operaciones de petróleo y gas en tierra en 2019, informó Bloomberg.
En 2021, la Agencia Internacional de la Energía estimó que las emisiones totales de metano de Turkmenistán sólo estaban por detrás de Rusia, Estados Unidos, Irán e Irak, todos ellos grandes productores de petróleo y gas.
Sin embargo, Turkmenistán tenía la segunda intensidad de emisiones de metano más alta del mundo, una cifra que se refiere a la tasa de fugas o a la relación entre las emisiones de metano y el gas natural producido. El índice de fugas de Turkmenistán era más de cinco veces mayor que el del primer productor mundial de gas natural, Estados Unidos.
Con información de Bloomberg
