Muchos australianos han reaccionado airadamente a la noticia de que el serbio Novak Djokovic, el tenista masculino mejor clasificado, jugará en el próximo Abierto de Australia tras recibir una exención médica por su condición de vacunado contra el coronavirus.
En medio de la controversia, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el 5 de enero que Djokovic estará en el “próximo avión de vuelta a casa” si sus pruebas para quedar exento de las normas de vacunación contra el virus Covid-19 se consideran insuficientes.
El serbio de 34 años, que busca un título récord de 21º Grand Slam en el Abierto de Australia que comienza en Melbourne el 17 de enero, ha señalado previamente su oposición a la vacuna y nunca ha revelado su estado de inoculación.
Solicitó una exención médica a un grupo independiente de expertos, pero nunca ha dicho cuáles son sus problemas médicos.
Australia está viendo decenas de miles de casos de COVID-19 por primera vez después de soportar algunas de las restricciones más estrictas del mundo.
Más del 90% de la población australiana mayor de 16 años está totalmente vacunada, pero algunas personas siguen sin poder viajar entre estados o por el mundo debido a las medidas actuales.
Djokovic, el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer están empatados con 20 títulos de Grand Slam cada uno. Nadal competirá en Melbourne tras recuperarse de la COVID-19. Federer no estará en el torneo ya que sigue recuperándose de una operación de rodilla.
Basado en información de la BBC y dpa