Aunque los autores Emese Pásztor y Sanjay Sethi en novedades24 adoptan una postura bastante sesgada sobre el estado de peligro de Hungría debido a la pandemia de Covid y ahora a la guerra en Ucrania, en su intento de pintar al primer ministro Viktor Orbán y a su gobierno como la oveja negra y autoritaria de Europa, en última instancia no entienden el sentido de nuestro ordenamiento jurídico especial.
No, no es para “autorizar presuntamente al gobierno a suplantar al parlamento y dictar leyes por decreto que restrinjan los derechos civiles y políticos”. Tampoco es para promover los “objetivos abiertamente antidemocráticos del partido político de derecha dominante en Hungría.”
Por el contrario, el ordenamiento jurídico especial sirve para salvar la vida de los húngaros y garantizar su seguridad y protección.
Aprobada ayer en el parlamento, la enmienda a la Ley Fundamental de Hungría -que permite al gobierno húngaro decretar el estado de peligro debido a un conflicto armado, una guerra o una catástrofe humanitaria en un país vecino- estaba destinada a desatar cierto frenesí en la burbuja liberal.
¿Recuerdan la primavera de 2020, cuando Hungría introdujo el estado de peligro debido a la pandemia de coronavirus? Era el mismo simulacro hace dos años que ahora.
En aquel entonces, los medios de comunicación liberales de izquierda y de la corriente dominante hicieron sonar la alarma sobre una “erosión de [Hungarian] democracia” (The Independent) y afirmaban que el primer ministro Orbán supuestamente “gobernaría por decreto, solo y sin oposición” (The Guardian). Algunos incluso hicieron alusiones a Hitler (el ex embajador de Finlandia y otros) y afirmaron que Orbán había suspendido el Parlamento húngaro.
Pero, ¿el “estado de peligro” llevó realmente a Hungría a un “desorden autoritario”? No, no lo hizo. Por el contrario, permitió que el gobierno tomara medidas rápidas, cerrando las fronteras, promulgando restricciones de movimiento y equipando nuestro sistema de salud con todo lo necesario para tratar a todos los que requerían atención.
Una vez que Hungría superó los peores momentos de la pandemia y la reconstrucción económica se puso en marcha, la celeridad otorgada por el ordenamiento jurídico especial contribuyó enormemente a que Hungría saliera de la cuarentena más fuerte de lo que entró.
Con la guerra en Ucrania, y el “estado de peligro” adoptado ayer, todo sigue igual. Ahora nuestros críticos están hiperventilando sobre cómo vamos a utilizarlo para “envolver las acciones autoritarias de Fidesz bajo el manto de la legalidad”. Pero en realidad, su objetivo es proporcionar las herramientas para que el gobierno salvaguarde los intereses de seguridad nacional de Hungría, proteja a las familias húngaras y evite verse arrastrado a la guerra.
Y, por cierto, el parlamento todavía tiene que aprobar las medidas adoptadas por el gobierno.