Funcionarios de la UE advierten de los efectos devastadores de una sequía sostenida que afecta al Cuerno de África y al Sahel, mientras los trabajadores humanitarios se enfrentan al dilema de tener que elegir entre ayudar a los hambrientos y no a los hambrientos.
Unos 85 millones de personas repartidas por las dos regiones se encuentran actualmente en una crisis alimentaria que se prolongará hasta el próximo año. El problema ha alarmado a Andrea Koulaimah, funcionario de la Comisión Europea que trabaja en su rama de desarrollo, ECHO.
El martes (30 de agosto), dijo a los eurodiputados que los cooperantes tienen que enfrentarse al difícil dilema de dar prioridad a la ayuda a los hambrientos.
“Son decisiones muy difíciles que, por desgracia, hay que tomar debido a la falta de recursos”, dijo, recordando las cuatro temporadas de lluvias fallidas en el Cuerno de África.
“Pero también estamos viendo que se acerca la quinta temporada de lluvias fallida, y eso sería algo sin precedentes”, añadió.
La sequía afecta ya a 36,1 millones de personas en Etiopía, Somalia y Kenia. El cambio climático, los conflictos, la sequía, el impacto socioeconómico de Covid y el aumento de los precios de la energía y los cereales son algunos de los factores que están sumiendo a millones de personas en el hambre.
El conflicto en el norte de Etiopía también se ha reavivado, en medio de informes de que un ataque aéreo alcanzó un jardín de infancia en Mekele, la capital de la región de Tigray.
Mientras tanto, el precio de los alimentos en todo el este de África ha aumentado un 53%.
Este aumento se produjo tras la invasión de Rusia en Ucrania, lo que agravó la inseguridad alimentaria en ambas regiones. En agosto, un cargamento de 23.000 toneladas de trigo ucraniano en un barco fletado por la ONU partió de Ucrania hacia Yibuti. A este envío le seguirán otras 7.000 toneladas que se transportarán a Etiopía.
Comentarios similares hizo Leonard Mizzi , otro funcionario de la Comisión.
“Es evidente que la situación económica y de seguridad corre el riesgo de deteriorarse aún más en ambas regiones”, dijo a los eurodiputados en el mismo acto.
“No es sólo una cuestión de alimentos, es una cuestión de combustible, y es una cuestión de inflación de los precios de los alimentos”, dijo.
Ambas opiniones fueron respaldadas por Benoit Munsch, que supervisa la ONG Horn of Africa for Care. Dijo que la sequía en el Cuerno de África podría ser la peor en décadas.
“Ya estamos hablando de la quinta temporada de lluvias fallida en octubre”, dijo.
En abril se prometieron unos 2.500 millones de euros para el Sahel, de los cuales 1.000 millones procedían de la UE. Otros 1.300 millones de euros se comprometieron para el Cuerno de África, también en abril. De ellos, la UE prometió 633 millones de euros.