La desinformación y las narrativas propagandísticas rusas sobre la guerra siguen extendiéndose en un intento de distorsionar la intervención militar y las atrocidades cometidas por Moscú en Ucrania.
Pero el respaldo de China a la narrativa del Kremlin plantea un nuevo reto para Occidente.
Tras un mes de brutales combates, han surgido nuevas tendencias de desinformación sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, sobre todo teniendo en cuenta el astronómico nivel de censura que impone Moscú en el país.
Cada vez son más los canales rusos que migran a la aplicación de mensajería encriptada Telegram porque las plataformas de redes sociales más grandes están mejorando en la detección y cierre de las cuentas de desinformación, dijeron el martes (29 de marzo) altos funcionarios de la UE a los periodistas.
Esta tendencia se ha intensificado desde que un tribunal ruso prohibió Facebook e Instagram por llevar a cabo “actividades extremistas” la semana pasada.
Pero las narrativas desinformativas también han sido llevadas a cabo directamente por las cuentas oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, y las embajadas de todo el mundo, que según los funcionarios de la UE están ahora “desempeñando el papel de medios de comunicación del Estado ruso.”
La desinformación se refiere a la difusión de información falsa o engañosa de forma deliberada, mientras que la desinformación se comparte de forma involuntaria.
El bombardeo del hospital de Mariupol a principios de marzo, por ejemplo, se atribuyó a las tropas ucranianas en decenas de publicaciones de las cuentas oficiales rusas en las redes sociales.
Pero los funcionarios de la UE dijeron que recientemente han identificado “más y más [disinformation] narrativas centradas en supuestas atrocidades cometidas por la parte ucraniana”, consideradas como un intento de “ocultar” lo que está ocurriendo sobre el terreno.
Sin embargo, el respaldo de China a la desinformación rusa ha suscitado nuevas preocupaciones en Occidente.
Funcionarios chinos han criticado los “enfoques occidentales” en relación con las sanciones y han ampliado las afirmaciones rusas de que Ucrania está desarrollando armas biológicas con el apoyo de Estados Unidos, dijeron funcionarios de la UE.
Pero la UE se esfuerza ahora por asegurarse de que Pekín no apoyará la agresión de Moscú en Ucrania con las conversaciones de alto nivel previstas para este viernes en la cumbre UE-China.
Mientras tanto, las organizaciones de la sociedad civil también culpan del actual conflicto a la propaganda rusa, que se remonta a antes de que tomara Crimea en 2014.
“Estas incluyen afirmaciones infundadas sobre que Kiev está invadida por ‘nazis’ y amenazas existenciales para los rusos étnicos… [which] han jugado un papel crucial en la escalada de tensiones en Ucrania y en avivar las llamas del conflicto desde que comenzó en 2014”, dijo Frederike Kaltheuner, activista de Human Rights Watch, a novedades24.
En otro informe, el proyecto del Observatorio Social para la Desinformación y el Análisis de las Redes Sociales, financiado por la UE, advirtió que la desinformación sobre los refugiados ucranianos se está extendiendo, desde los países de primera llegada hasta Europa central y occidental.
El observatorio dijo que los refugiados que huyen de Ucrania son presentados en las redes sociales como fascistas peligrosos, que supuestamente reciben mejor trato que los nacionales.
Ucrania ha denunciado una campaña de desinformación a gran escala desde que comenzó la guerra.
El Servicio de Seguridad de Ucrania dijo el lunes que había eliminado cinco granjas de bots, que utilizaban más de 100.000 cuentas falsas para difundir desinformación sobre la invasión y la respuesta en el frente.
Las noticias falsas rusas “intentaron inspirar el pánico entre los ciudadanos ucranianos y desestabilizar la situación social y política en varias regiones”, dijo en un comunicado.