Los líderes de la UE se reunieron en Versalles el jueves por la noche (10 de marzo) con un debate sobre cómo reducir su dependencia del suministro de gas y petróleo ruso en la agenda.
Se esperaba que acordaran reducir progresivamente su dependencia de las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos, pero sólo de forma gradual en comparación con Estados Unidos y el Reino Unido.
Estos países prohibieron las importaciones de petróleo de Rusia a principios de esta semana, lo que ha presionado a los líderes de la UE para que hagan lo mismo, a pesar de sus diferentes circunstancias.
La presión aumentó después de que el principal asesor económico del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, Oleg Ustenko, pidiera un “embargo inmediato” del petróleo ruso y criticara a los gobiernos europeos por ser demasiado indecisos.
Pero el llamamiento de Kiev no dio señales de ganar fuerza en la cumbre de Versalles.
Un diplomático de la UE dijo a novedades24 que el embargo del petróleo ruso todavía no está sobre la mesa.
Los Estados miembros están muy divididos en cuanto al boicot de las importaciones de crudo ruso, debido a las diferentes consecuencias económicas y políticas a las que se enfrentarían y a las posibles respuestas punitivas de Moscú.
Sin embargo, los expertos sostienen que un embargo de petróleo sólo perjudicaría realmente a la economía rusa, si la UE se une al esfuerzo del Reino Unido y Estados Unidos.
Esta medida sería “muy dolorosa para Rusia desde el punto de vista económico”, según Hendrik Mahlkow, investigador del Instituto de Economía Mundial de Kiel (Alemania). El PIB de Rusia caería un 1,2%, pero países de la UE como Estonia, Malta, Lituania y Grecia también sufrirían pérdidas económicas a largo plazo, según Mahlkow.
Se calcula que los 27 países miembros de la UE siguen realizando pagos diarios de petróleo por valor de 285 millones de dólares [€259m] a Rusia.
Algunos países, como Lituania y Letonia, son partidarios de cortar todo el comercio de energía con Rusia, mientras que Polonia ha tratado de obtener apoyo para imponer más sanciones y de mayor alcance, entre ellas dejar de comprar petróleo, gas y carbón rusos.
Pero Alemania ha rechazado una prohibición total del petróleo y el gas rusos, argumentando que el suministro de energía no puede asegurarse de ninguna otra manera. Las importaciones rusas representan más de la mitad del gas y el carbón de Alemania, y un tercio de su petróleo.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, ha adoptado una posición similar, admitiendo a principios de esta semana que la excesiva dependencia de Europa del suministro energético ruso es “la incómoda verdad”.
Hungría también tiene la intención de hablar en contra de las sanciones sobre el petróleo y el gas durante la cumbre, según un portavoz.
Los Estados miembros incluso siguen divididos sobre la rapidez con la que el bloque debe reducir las importaciones de combustibles fósiles rusos.
Mientras que algunos han apoyado una fecha de corte de 2030, otros quieren 2027 – pero se espera que algunos estados miembros alcancen este objetivo antes, dijo un alto funcionario de la UE el miércoles.