Cuando llegué a Bruselas por primera vez el 1 de noviembre de 2011 como corresponsal en Bruselas del ahora cerrado diario húngaro Népszabadság (Libertad del Pueblo), estaba muy emocionada por empezar.
Había estado trabajando como corresponsal en el extranjero para el que entonces era el mayor diario de Hungría, pasando de un conflicto en Afganistán a otro en la plaza Tahrir de El Cairo a principios de ese año, pero nunca había sido corresponsal permanente.
Había cursado estudios sobre la UE (bajo la dirección del ex comisario de la UE Tibor Navracsics, -que ahora es ministro de Viktor Orbán tratando de desbloquear los fondos suspendidos de la UE-, pero aún no sabía cómo trabajar en instituciones tan masivas como periodista.
Mi primer café en el Exki de la rotonda de Schuman (el primero de docenas, si no cientos), fue con Marc Peeperkorn, del diario holandés Volkskrant, que desde entonces se ha convertido en un amigo, y en ese café me dio algunas pautas básicas, pero vitales, sobre cómo hacer periodismo de la UE.
Sin embargo, no pudimos reunirnos esa primera semana.
Llegué en plena crisis del euro, con ganas de entender lo que estaba pasando, así que empecé a llamar a la gente. Nadie estaba disponible.
Resultó que llegué exactamente en una de las semanas más tranquilas de la burbuja de la UE, la primera semana de noviembre. Es un fin de semana largo, vacaciones escolares, y la gente que trabaja en la burbuja de la UE se toma un descanso antes del último empujón de fin de año.
El Parlamento Europeo tiene la llamada “semana verde”, lo que significa que los eurodiputados deben viajar a su circunscripción. Los diplomáticos del Consejo no programan reuniones.
Esta semana será igualmente tranquila, como siempre. Excepto por una visita muy, muy importante.
El jueves (3 de noviembre), el nuevo primer ministro de Italia, el líder de extrema derecha Giorgio Meloni, vendrá a la ciudad y se reunirá con altos cargos de la UE, la comisaria Ursula von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Meloni ha desatado la preocupación de que lleve a Italia en una dirección más antiliberal, similar a la de su aliado, el húngaro Viktor Orbán.
Sin embargo, hasta ahora Meloni ha hecho hincapié en su postura pro-europea y pro-OTAN, aliviando las preocupaciones sobre el futuro de Italia.
Al final de la semana se celebrará la 2022 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, más conocida como COP27, a partir del domingo (6 de noviembre) en Sharm El Sheikh, Egipto.
En el norte, el Consejo Nórdico se celebra en Helsinki del 31 de octubre al 3 de noviembre. Este año, la cumbre de parlamentarios, primeros ministros y ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa nórdicos se centrará oficialmente en “El futuro del papel de la región nórdica en el mundo”.
Dinamarca vota el martes (1 de noviembre) en unas elecciones nacionales. Los sondeos de opinión pronostican que la líder socialdemócrata danesa, Mette Frederiksen, continuará en el gobierno en alianza con los partidos de centro-izquierda.
Su autora de la Agenda también se tomará un pequeño descanso, ya que a estas alturas ha aprendido los entresijos del funcionamiento de la burbuja de la UE.