Sarah Silverman y dos novelistas de gran éxito han demandado a Meta y OpenAI, la startup tecnológica detrás de ChatGPT, acusando a las empresas de utilizar los libros protegidos por derechos de autor de los autores sin su consentimiento para “entrenar” sus programas de software de inteligencia artificial.
La demanda colectiva propuesta fue presentada en un tribunal federal de San Francisco el viernes por los autores Richard Kadrey, conocido por su serie de terror sobrenatural “Sandman Slim”, y Christopher Golden, junto con Silverman, quien, además de actuar, publicó las memorias más vendidas. “The Bedwetter” en 2010. Cada demanda busca poco menos de mil millones de dólares en daños, según documentos judiciales. Los autores alegaron que las dos empresas de tecnología habían “ingerido” texto de sus libros en software de inteligencia artificial generativa, conocido como modelos de lenguaje extenso, y no les dieron crédito ni compensación.
La demanda llega varias semanas después de que los autores más vendidos Mona Awad y Paul Tremblay también demandaron a OpenAI por infracción de derechos de autor por motivos similares. Las quejas han sido presentadas por los abogados Joseph Saveri y Matthew Butterick, quienes también están detrás de las demandas contra la controvertida herramienta de arte de inteligencia artificial Stable Diffusion en nombre de varios artistas visuales y una demanda colectiva propuesta contra GitHub Copilot de Microsoft.
Los representantes de Meta y OpenAI no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios de The Times el lunes.
Los modelos como ChatGPT de OpenAI están diseñados para consumir grandes cantidades de texto, que se cargan en él. Luego, la IA comienza a “entrenarse” a sí misma para que pueda responder a las indicaciones o preguntas de los usuarios de una manera que imite las respuestas humanas naturales. Puede escribir código, fan fiction y cartas de presentación de solicitudes de empleo o puede ayudar con las tareas escolares. Sin embargo, el modelo de lenguaje de IA generativo de Meta, LLaMA, difiere de ChatGPT. No es un sistema de preguntas y respuestas, pero está destinado a ser una herramienta de investigación para aquellos dentro del campo de la IA.
Sin embargo, la demanda critica la forma en que estos modelos reciben dicha información y las fuentes de sus datos, citando efectos perniciosos.
Los modelos de IA a menudo se alimentan de bibliotecas en línea, algunas de las cuales son legales, como Project Guttenberg, una colección de libros electrónicos con derechos de autor vencidos. Otras fuentes se conocen como bibliotecas en la sombra, que están llenas de libros electrónicos que están disponibles para los lectores pero que normalmente carecen del permiso de derechos de autor de sus autores y editores. La demanda acusa a Meta y OpenAI de alimentar sus modelos de IA con datos que incluyen libros de bibliotecas en la sombra, una práctica que la demanda llama “flagrantemente ilegal”.
Para respaldar las afirmaciones de los demandantes, las demandas incluyen copias de conversaciones con ChatGPT que muestran que la IA puede resumir con precisión los libros escritos por Silverman, Kadrey y Golden. ChatGPT pudo producir resúmenes para “Bedwetter” de Silverman, libros de la exitosa serie “Sandman Slim” de Kadrey, como “Kill the Dead” y el thriller sobrenatural más vendido de Golden “Ararat”.
La denuncia también cita declaraciones públicas de la persona que reunió los datos de libros en los que Meta se ha apoyado para LLaMa, donde confirmó que los datos incluyen “toda Bibliotik”, una conocida biblioteca en la sombra, “y contiene 196.640 libros”.
La demanda alega que OpenAI ha alimentado su software ChatGPT con libros con derechos de autor para “lucrar mucho” con ellos. LLaMa, a diferencia de ChatGPT, no genera ganancias, pero Meta planea lanzar una versión comercial del modelo de IA en el futuro, según la Información. Los partidarios de LLaMa esperan que el modelo Meta pueda mejorar la seguridad en torno a la IA, mientras que sus críticos temen que pueda generar contenido dañino, como spam de IA para cerrar sitios, o promover el engaño en la escuela o la desinformación.
En otros lugares, la inteligencia artificial generativa ha generado preocupaciones en otras industrias, como la música, la banca y el cine y la televisión. En Hollywood, los temores en torno a los estudios de producción que utilizan IA para reemplazar el trabajo de escritores y actores siguen siendo un punto central de preocupación en la huelga en curso del Sindicato de Escritores de América y una posible huelga de SAG-AFTRA.