Alfonso Esteban 
El martes (2 de agosto), haciendo caso omiso de la fuerte oposición y de las serias protestas de China, la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, visitó la región china de Taiwán. Se trata de una grave violación del principio de una sola China y de las disposiciones de los tres comunicados conjuntos entre China y Estados Unidos.
Tiene un grave impacto en la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos, y vulnera gravemente la soberanía y la integridad territorial de China. Socava gravemente la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán, y envía una señal gravemente errónea a las fuerzas separatistas por la “independencia de Taiwán”.
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La disputada isla de Taiwán, vista desde el espacio por la NASA (Foto: NASA/Wikimedia)
Se trata de una provocación retrógrada y un acto imprudente de jugar con fuego. China se opone firmemente y lo condena con firmeza.
En los últimos años, Estados Unidos ha afirmado que está comprometido con la política de una sola China, pero en cuanto a la acción, ha dado marcha atrás.
Ha ido en contra de su compromiso de mantener sólo lazos no oficiales con la región de Taiwán, ha aumentado su nivel de contacto con Taiwán, ha incrementado la venta de armas a Taiwán y ha consentido a las fuerzas separatistas de la “independencia de Taiwán”.
Con ello, Estados Unidos intenta utilizar a Taiwán para contener a China. Por un lado, Estados Unidos afirma que respeta la soberanía y la integridad territorial de todos los países. Por otro, ha estado distorsionando, oscureciendo y vaciando el principio de una sola China y socavando sin escrúpulos los intereses fundamentales de China. Esto es un puro doble rasero y un vergonzoso acto de mala fe.
¿Quién está realmente instigando y envalentonando a las autoridades de Taiwán para que sigan cambiando el statu quo, amenazando la estabilidad en el estrecho de Taiwán? ¿Quién está realmente jugando con el fraude y la intimidación, yendo en contra de la aspiración de los pueblos de Asia-Pacífico?
La visita de Pelosi a la región china de Taiwán ha dejado aún más claro que Estados Unidos se ha convertido en el mayor destructor de la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán y es el mayor destructor de la paz en la actualidad.
La búsqueda de la paz, la estabilidad y el desarrollo es una aspiración común de los pueblos de todo el mundo.
En un mundo de cambios y desórdenes, Estados Unidos, como primer país, debería haber mantenido la paz y la seguridad mundiales y haber promovido el desarrollo y la prosperidad globales con acciones concretas.
Pero ha incumplido sus responsabilidades como país principal.
Por su agenda egoísta, Estados Unidos ha creado turbulencias e iniciado conflictos con el objetivo de mantener su hegemonía mundial. La escalada de tensión en el Estrecho de Taiwán debido a la provocación de Estados Unidos ha traído un fruto amargo para la paz y el desarrollo en la región y el mundo en general, empeorando las cosas para la vulnerable recuperación económica mundial.
Sólo hay una China en el mundo, y Taiwán es una parte inalienable del territorio chino.
La aspiración compartida y el firme compromiso de los más de 1.400 millones de chinos es salvaguardar resueltamente la soberanía del Estado y la integridad territorial.
China está dispuesta a coexistir pacíficamente y a desarrollarse junto con otros países. Pero nunca permitiremos que ningún país socave la estabilidad y el desarrollo de China.
La plena reunificación de China es imparable. Los intentos de apoyar o conspirar contra la “independencia de Taiwán” por cualquier medio son como llevar agua en un colador: todo es en vano.
