Se espera que la presidencia checa de la UE rebaje las prioridades de los V4

El nuevo gobierno de la República Checa se prepara para su presidencia de la UE, que comienza el 1 de julio. Y aunque ya se enfrenta a una serie de retos internos, y se ha visto implicado en recientes escándalos de corrupción, la continuación de la guerra en Ucrania parece que marcará su segunda etapa al frente del bloque.

La República Checa atraviesa un período extremadamente difícil. Además del impacto de varias oleadas de la pandemia del virus Covid-19, tiene que hacer frente a una elevada inflación, así como a los temores sobre el abastecimiento de energía y a la afluencia de refugiados a raíz de la guerra de Rusia en Ucrania.

  • El nuevo primer ministro checo Petr Fiala (Foto: Wikimedia)

El pasado mes de diciembre, un nuevo gobierno dirigido por el primer ministro liberal-conservador Petr Fiala asumió el poder. En las elecciones parlamentarias de octubre, dos coaliciones electorales formadas por un total de cinco partidos derrotaron a los ultraderechistas del Partido de la Democracia Directa y, sobre todo, al partido populista ANO de Andrej Babiš, que ha estado en el poder hasta ahora.

El cambio en la cúpula del gobierno disparó las expectativas de la aplicación de políticas más pragmáticas aplicadas con la vista puesta en el futuro, en lugar de gobernar por intuición y con el objetivo de asegurarse unas buenas relaciones públicas.

Esto fue subrayado por el Informe 2021 de Czechia de los Indicadores de Gobernanza Sostenible (SGI) de Bertelsmann Stiftung destacó, el pobre desempeño del país en la gestión de la crisis de Covid-19 “fue una consecuencia del control del primer ministro sobre el poder y el deseo de buscar una popularidad instantánea mientras ignoraba o sofocaba los puntos de vista alternativos.”

Seis meses después, puede decirse que el gobierno, que engloba a las fuerzas conservadoras, liberal-conservadoras y liberal-progresistas, está funcionando sin luchas internas manifiestas. Pero aún están por llegar grandes pruebas, en particular con dos elecciones (municipales, y para un tercio del Senado) que pondrán a prueba la cohesión de la actual coalición.

Además, las recientes acusaciones de corrupción en el ayuntamiento de Praga han llevado a la detención de un concejal de uno de los partidos de la coalición y a la dimisión del ministro de Educación, que en el pasado estuvo en contacto con algunos empresarios turbios.

Lista de tareas domésticas

A corto plazo, la República Checa tiene que hacer frente a la lenta transformación digital o a la inseguridad de la vivienda, como se menciona en el último informe de la SGI.

Mientras tanto, la red de seguridad social -ya muy agujereada y sacudida por la pandemia de Covid- se verá aún más presionada por la alta inflación, y especialmente por el aumento de los precios de la energía. Además de los hogares de bajos ingresos que ya se encuentran en situación de pobreza o en riesgo de padecerla, los hogares de ingresos medios también pueden verse en apuros económicos.

El gobierno, que también está formado por partidos que hasta ahora se han apoyado en fórmulas económicas neoliberales, puede tener dificultades para encontrar soluciones sostenibles.

200.000 refugiados ucranianos

Por último, la República Checa cuenta con unos 200.000 refugiados procedentes de Ucrania, principalmente mujeres, niños y ancianos. La solidaridad de la sociedad checa hacia los recién llegados ha sido admirable, pero como la guerra continúa será extremadamente difícil para el Estado hacer frente a las nuevas necesidades de vivienda, escolarización y atención sanitaria.

A partir de julio, la presidencia checa de la UE ha adoptado como lema “Europa como tarea”, tomado del discurso de Václav Havel en Aquisgrán en 1996.

En aquel momento, Havel pidió a los europeos que redescubrieran su conciencia y asumieran su responsabilidad en las tareas que tenemos por delante. La presidencia checa señala, pues, que la Unión Europea tiene por delante un trabajo muy importante y que debe basarse en los valores que compartimos.

Estará dominada por las consecuencias de la guerra ruso-ucraniana, que ha hecho cambiar la política exterior, europea y de seguridad checa. La crisis de los refugiados y los esfuerzos para ayudar a Ucrania en su resistencia a la agresión rusa y en la reconstrucción serán sin duda prioridades clave del semestre checo al frente de Europa.

La República Checa no ha ocultado que le gustaría que Ucrania alcanzara el estatus de candidato a la UE durante su mandato, a pesar de la oposición de otros miembros.

Otra cuestión apremiante es asegurar el suministro energético del bloque sin utilizar el gas, el petróleo y el carbón rusos, un objetivo declarado que será difícil de llevar a cabo. Otras prioridades checas incluyen el fortalecimiento de la cooperación en materia de defensa de la UE, como país de fuerte orientación transatlántica, por supuesto, en estrecha colaboración con la OTAN. Entre las prioridades económicas estará el impulso a la capacidad de recuperación de la cadena de suministro.

En la República Checa se plantean preguntas sobre los beneficios deel Grupo Visegrád, en medio del malestar por la respuesta de Hungría a la agresión de Rusia contra Ucrania.

El Gobierno ha subrayado que sigue considerando a los Cuatro de Visegrád (V4) como una herramienta pragmática, aunque el ministro de la UE, Mikuláš Bek, ha explicado: “Es más una plataforma de comunicación que un grupo de países con la misma mentalidad”.

La presidencia checa del Consejo de la UE no se utilizará para promover ninguna de las prioridades del V4.

Curiosamente, los cuatro primeros ministros no se reunieron para una reunión de coordinación antes del último Consejo Europeo, lo que también indica que para la política y la retórica húngara con respecto a Ucrania, hay poco apetito por las oportunidades fotográficas con Viktor Orbán del lado de los representantes de los tres países restantes.

Cabe esperar que el V4 se rebaje, en medio de otras políticas y formatos. La República Checa se centrará en la Presidencia del Consejo.

Polonia, por su parte, intentará promover la Iniciativa de los Tres Mares o el Formato de Bucarest de nueve países del flanco oriental de la OTAN. Así, el V4 saldrá del radar, ya que Hungría no puede jugar en solitario.

En definitiva, la República Checa se enfrenta a múltiples retos dentro y fuera de sus fronteras. Su próxima etapa al frente de la Unión Europea revelará mucho sobre la madurez política y la cohesión social del país, además de poner a prueba el temple de sus dirigentes.

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